Bienvenida a las Armas

Poemas 21-25


Másters

Los másters son los amos. 

A ver si pudiera ser 

que, fondeados en la tormenta, 

nos pesa el ancla y el miedo 

demasiado. 

He aprendido más entre los pájaros 

que se cagan sobre las gafas 

que en los ojos del telediario. 

Van a recalificar El Paraíso 

por enésima vez, y vamos a ir 

a regarle el árbol y nos acusarán 

de matar a la dichosa serpiente egocéntrica, 

que es de su partido y tiene su 

mismo rictus de hiena pusilánime. 

Esto ya no es Pan y Circo, ni Def Con 2 

ni ETA, es un pulso con los ases en las mangas anchas, 

el programa donde bailan los políticos 

a ritmo de timo y voy porque otra no me queda. 

Para eso tienen un máster, porque son los que mandan, 

¡arrodillaos, 

radicales coloristas de m...!!! 


Podríamos 

Las esperanzas de ojos tristes 

aplauden a los bufones:

 chistes manidos, piruetas torpes, 

congresos de mantequilla 

y cacahuetes, cruces herrumbrosas,

 tótems de patria coja de espejos 

cóncavos. La oferta es amplia, 

los corazones pocos, la prisa 

absoluta, como Dios y sus secuaces. 

Juguemos al tú la llevas, zancadillas 

al rezo del anciano ante la muerte 

de principios huecos, las banderas 

zurcidas, arrugadas las armas 

y los púlpitos que arengan 

simiescos colores grisáceos. 

Podríamos, pero no podemos 

porque somos ciudadanos 

antes que humanos seres...


Buscones 

Los buscones quevedianos de las españas cuñadas

 se empantanan en los charcos de la tierra de guadañas, 

cuales narcos muy gallegos, cuales vagos andaluces 

que llenaran la Moncloa de po(stmo)de(rn)mi(s)tas morados 

y sacrílegos polacos portadores de otras luces 

ajenas al cara al sol, sogas de mal ahorcados 

de amigos de lo ajeno, de mordazas leyes rancias 

como azules son los cielos que prometen cielo y tierra 

en las ídems lazarillas cuyo barro era la mierda 

de banderas de colores arrojadas como armas 

por licenciados Cabreras de hambre como estandarte, 

en el desfile diario de ladrones al rescate. 


Infante andaluz 

A Blas Infante. 

Negras las albas del caballo negro, 

mustias las flores de primavera 

muerta. Recio el pedregal de invierno 

sembrado, de Dios en hierbabuena, 

de biblias lascivas, de miedo a lo eterno. 

Verdes las almas de los pechos verdes, 

despiertas espadas clavadas en tierra, 

salmos flamencos mudos de muerte, 

a borbotones saliendo, la hiel sin espera. 

Rojas las rosas que insultan tan rojas, 

como viento de guerra en las barricadas, 

roja la sangre, guitarra tan sola 

como sin cristo cruces despuntando al alba. 

Negras las botas del soldado muerte, 

verde es el césped de esta tierra en risa, 

roja amapola marcada en la suerte 

del infante andaluz cazando la brisa. 


Lobos 

Los lobos en su última cena; 

los lobos posando muy guapos; 

los lobos maquillados de aullido, 

lobos al fin y al cabo. 

Los lobos dentando banderas; 

los lobos resfriados de caos; 

los lobos dialogando a cuchillo; 

lobos en potencia y acto. 

Los lobos vestidos de hienas; 

los lobos bebiendo del barro; 

los lobos inventando el frío; 

quedan lobos para rato...