El Cabo Suelto de Dios

12

Doblegados por el tiempo tres de los hijos de Shalmed salieron a toda prisa de la estancia sin mediar palabra.

- ¿Qué pasa?, ¿a dónde van? - preguntó David.

- Dos de ellos se dirigirán al aeropuerto, si tienes varias cosas que evitar intenta evitar lo peor, y lo peor es que el libro se aleje de nosotros en avión; el tercero recogerá a su hermano y localizarán el domicilio de Tammick.

- ¿Cómo lo sabe si no han abierto la boca? - insistió.

- Señor Bowman - explicaba pacientemente Shalmed - somos siervos directos de Dios, tenemos algunos privilegios.

David callaba interrogante, no creía que el viejo le fuera a enumerar esos privilegios a su pregunta ¿qué privilegios?, además lo de 'siervos directos de Dios' acongojaba a cualquiera.

El teléfono sonó.

- Le dirá que no acuda a la policía, que nos ha devuelto el libro y nos hemos ido. Que lo vamos a liberar - ordenó Shalmed.

Albert descolgó, al otro lado estaba Joseph, el anticuario; al que le temblaba la voz.

- Al...Albert - decía.

- Sí, Joseph.

- Lo siento mucho..., de verdad que lo siento mucho..., no era mi intención.

- ¡¿Cómo se le ocurre dejarme mercancía robada?!... ¡está usted loco!; se han llevado el libro: quédese tranquilo que lo liberarán; no sabe el susto que me he llevado con esos hombres.

- Sí...sí lo sé... un poco - dijo mirando de reojo al árabe - no se preocupe, por supuesto de mi boca ni... como usted dice sería auto acusarme de comprar mercancía robada. De acuerdo señor Bernstein. Gracias y perdón, le ruego mil perdones - Colgó.

- Muy bien señor Bernstein - continuó Shalmed - sabía que me serian de gran utilidad; mientras esperamos noticias sería tan amable de darme lo ya traducido, aunque no tiene mucha importancia pues sin el libro original la traducción que usted ha realizado la podría haber inventado cualquiera, ¿no es así?

- Así es, - responde Albert volviéndose hacia su cartera - tenga usted, las llevo aquí. Debo decirle que esto es lo más grande e importante que me ha pasado en mi vida y si quiere me responde usted o no, pero ¿cómo es que se encuentran buscando el libro?

- Ya - dijo Shalmed amargamente mirando al suelo - me imaginaba que tarde o temprano me haría usted esta pregunta y le saciaré su curiosidad científica en honor a la ayuda prestada y la que intuyo me prestarán. Los guardianes del libro, como dije antes, los Toloméicos no Mesiánicos, no sólo tenemos hijos, también tenemos hijas; recuerdo que un antepasado mío hubo de tener treinta y tres hijos ya que los veinte primeros descendientes fueron hembras antes del primer varón y luego de cada tres hijos el tercero fue varón; así cumplió la exigencia de los cinco hijos para que su linaje siguiera siendo Guardián del Libro, de lo contrario pasaría al más próximo hermano en edad que cumpliera la condición; pues bien yo tengo tres hijas, una de ellas se llama Mirka, se casó con un árabe nigeriano el cual murió, Mirka quedó viuda y mantuvo relaciones con otro hombre quedando embarazada, lo que bajo doctrinas religiosas de sectas de este país se condena con la pena de muerte, así que Mirka y su pareja huyeron refugiándose con nosotros en nuestro poblado itinerante quedando ocultos al mundo. Debo indicaros que las mujeres de mi familia no conocen el secreto del libro, éste se transmite de padre a hijos guardianes, nunca una mujer del clan ha sabido claramente qué es lo que se guardaba entre las pertenencias de la gran tienda; no poseemos especiales medidas de seguridad, el desconocimiento de lo que portamos es la mejor defensa, así los escritos de Jesús se encuentran entre otros libros como uno más.

Mirka incitada por su amante quería huir a occidente, Europa o América, necesitaba dinero que no se atrevió a pedirnos y que podíamos haberle dado si sus razonamientos nos hubieran convencido; una noche robó varias cosas de la gran tienda, lo que le pareció más antiguo y valioso; entre estas cosas cogió el libro de Jesús, en realidad no sabía lo que cogía, suponía que con las cosas robadas obtendría el dinero suficiente para pagar el pasaje de avión. Esto ocurrió no muy lejos de Tel-Aviv, esperaron hasta que la caravana pasara cerca de aquí pues intuían que en la gran ciudad pasarían desapercibidos y obtendrían el dinero necesario con la venta de lo robado, en una ciudad como ésta es fácil encontrar comprador para su mercancía y posee varios aeropuertos internacionales para huir; cuando descubrimos el robo supusimos inmediatamente lo ocurrido y localizamos a Mirka en el aeropuerto, el resto ya lo conoce usted ... - calló por un instante - Salim está en casa de Tammick, no hay nadie y su cuarto está desordenado, parece como si hubiera hecho el equipaje a toda prisa dejando los cajones abiertos ... parece que sus teorías ganan consistencia señores.

- Esto... ¿los privilegios? - preguntaba tímidamente David.

- Todo lo que algunos de mis hijos o yo vemos, lo ven los demás; todo lo que pensamos alguno, lo pensamos el resto; si así lo queremos.- explica.

- Telepatía o algo parecido ¿no? - insistía David.

- Una virtud que ayuda en la tarea de protección del libro - explicaba Shalmed con inusitada tranquilidad - Hassan está en el despacho de Tammick buscando indicios, ha leído la dirección de éste en unos extractos de banco y por ello Salim sabe del domicilio de Tammick; en definitiva los privilegios se definen por máxima sagrada en "No podrán cerrarse las puertas ante nosotros, No estaremos nunca solos y No seremos desconocidos"

Quedó David desconcertado con la explicación y en especial con la última sentencia del viejo, acordó en relacionar la telepatía con la soledad y el "cerrar de puertas" con su presencia fantasmal en el despacho de Albert y la reciente sabida intrusión en el domicilio de Tammick al parecer realizada con suma facilidad. Lo que ya no lograba adivinar era lo de "no seremos desconocidos". Aquellos hombres eran de cuento, estaba viviendo un cuento o eso pensaba David; el libro era una cosa real y cierta, él lo había tocado y leído pero aquellos hombres parecían de fantasía, como inventados, razonamiento que habría de incluir como actor a Dios y eso mordisqueaba cada vez más fuerte su enorme y bien asentado ateísmo. Aun así deseaba conocer más profundamente a aquellos enigmáticos seres, aparecidos de la nada un domingo cualquiera de unas inusuales vacaciones.

Tras un largo rato de un silencio perturbador.

- Zeb y Zacarías no encuentran nada anormal en el aeropuerto donde están - comentó Shalmed sacando de su pensamiento a David - ya llegaron allí y no reconocen a nadie como Tammick, siguen buscando.

- Alguna foto en el despacho - pensó el profesor de Granada - minucioso este Hassan.

- Estamos estancados - dijo Shalmed denotando cierto enfado y amargura a la vez - Tammick ha robado el libro, esa es la pista más certera y no tenemos idea de donde se encuentra esta persona, suponemos unos posibles contactos pero inseguros y variados, nunca en la historia el libro ha estado tan desamparado y ha sido tan peligroso.

- Bueno, yo siempre he dicho que si quieres saber que ha hecho una persona o donde ha estado basta con mirar su extracto de la tarjeta del banco - dijo David intrigantemente.

- ¿Extracto de la tarjeta? - preguntó Shalmed.

- Intuyo por donde vas pero... ¿Cómo vas a obtener esa información? - preguntó Albert.

- ¿Pueden explicarme? - rogaba el viejo.

- Tammick ha salido de viaje ¿no? - exponía David - ha salido a toda prisa y no sabemos a dónde, pero a donde sea, ha tenido que pagar por ello y apostaría que ha pagado con tarjeta, si decidió coger un avión, autobús o lo que sea de madrugada,... si echó gasolina... no sé... lo lógico es que no lleve efectivo o lo reserve para otros gastos pudiendo pagar con tarjeta, sabemos el banco de Tammick, además, siendo como es, será un banco árabe y aquí trabajan no más de cuatro bancos, Shalmed dijo que Hassan ha encontrado papeles de banco, con suerte entre ellos hasta tenemos el número de la tarjeta sólo tenemos que ....

- Entrar en la base de datos informática del banco o la empresa de la tarjeta y ver donde la ha utilizado esta madrugada - interrumpe Albert - ¿y eso cómo se hace Sherlock?

- Ya... era una idea, ¿estamos atascados, no? - explicaba cabizbajo.

- Por favor, explíquense - incitaba nerviosamente Shalmed que no entendía nada pues rara vez había visto una tarjeta de crédito en su vida - ¿Qué son exactamente las tarjetas de crédito?

- Nuestros privilegios - dijo sarcásticamente David.

- Dinero de plástico, Shalmed - explica Albert - en lugar de llevar dinero encima lo tienes en el banco, éste te da unas tarjetas con las que pagas en los comercios que tienen el sistema adecuado, los ordenadores se encargan de hacer pasar el dinero de tu cuenta en el banco a la cuenta del banco del comerciante, mira son así - mientras le enseñaba una de las suyas que había sacado de su cartera.

Esta información se guarda en los ordenadores de ambos bancos pero el acceso a ella es difícil por no decir imposible. El servicio de Internet de mi banco me posibilita a ello pero necesito de unas claves de acceso y controles que éste me proporciona y que yo sólo sé. Buscar estos datos de otra persona sin ni siquiera saber el número de la tarjeta, además de dudar del banco, es una quimera. Y todo suponiendo que haya utilizado la tarjeta.

- ¿Las claves de acceso son como llaves? - preguntó Shalmed que así lo intuía.

- Así es - respondió el profesor.

- No podrán cerrarse las puertas ante nosotros ¿recuerda?

Albert lo miró extrañado y en pocos segundos Hassan entraba por el balcón cargado con una montaña de papeles y revistas, eran los frutos del minucioso registro que había realizado en el despacho de Tammick. Se los ofreció a David el cual se sintió bastante halagado con el gesto, era su idea y parecía que Hassan le daba los poderes al darle los papeles por orden de Shalmed a través de esa rara cualidad. Escarbó en el montón extrayendo los que parecían de banco, obtuvo cinco documentos dos del Arab Bank y tres del BNP francés, parecía que no era tan islamista con su dinero. Eran los papeles del BNP los que ofrecían la información más jugosa, en ellos se reflejaban los movimientos de la cuenta del mes de enero pasado y se observaban varias operaciones con tarjeta.

David con un aparente nerviosismo enciende el ordenador de Albert e inicia la conexión con Internet; mientras lo hacía intentaba explicar a los tres hombres que era aquello acordando entre ellos que lo dejarían para otro momento y se limitarían a intentar saltarse los controles que encontraran, aunque no tenían ni idea de cómo.

Después de varias palabras tecleadas David exclamó:

- La página del BNP, atención al cliente, vamos para allá - dijo con decisión mientras con un seco golpe pulsaba uno de los botones del ratón del ordenador - vaya, acceso por cuenta, acceso por tarjeta.... humm... bingo, no tenemos el número de tarjeta pero sí el de cuenta - después de teclear los veinte dígitos - empezamos... nos pide el número de clave de acceso a la cuenta personal, en mi banco si te equivocas tres veces te bloquean las tarjetas aquí no sé, suelen ser cuatro dígitos.

-¿Dónde se pone el número? - preguntó Shalmed.

- Hay que pulsarlos en estos números de aquí - dijo indicando la derecha del teclado.

Shalmed sin dudar un instante marcó cinco números y quedó a la espera de la acción de David que lo miraba intrigado

- Ahora pulsamos 'enter' y... entró, Albert, entró, ¡no me lo puedo creer!

-¿Tarjeta de coordenadas?, humm - rumiaba.- casilla F7, nos pide tres caracteres; la tarjeta de coordenadas la llevará Tammick encima... ¡joder!

Sin aviso, Shalmed pulsó dos letras y un número. La página web avanzó.

- ¡Mi madre! - exclamó David, mira la página de servicio a particulares de BNP, ves, señor Abdul Tammick, movimiento de cuenta, recibos, transferencias, tarjetas ... tarjetas, aquí está - sin más pulsó con el cursor y salieron tres números de tarjeta - elegimos una y ... nos pide la clave de la tarjeta - esta vez Shalmed tecleó cuatro números - no hay movimientos en los últimos siete días; veamos la siguiente - de nuevo Shalmed tecleó sin dudar - sí..., hay movimientos, ves, gasolina en la autovía, pero nada más, la siguiente ... - la misma operación volviendo a introducirse en los movimientos de la tarjeta sin problema alguno como si fuera el mismo Tammick quien consultara - bingo, sí.., lo tenemos, ¡aquí está!,¡ aquí está!, - gritaba David de puro nerviosismo - Air Europa Services, 635 $, a las tres cuarenta y cinco, esta misma noche, ha comprado y pagado el billete de avión en el mismo aeropuerto. En Ben Gurion, espero que sus hijos se hayan dirigido a este aeropuerto.

'¡Joder con el viejo!', pensó David entre asombrado y asustado. Su treta había dado resultado y estos hombres son lo que dicen que son, no podía evitar sentir un escalofrío por su espalda al pensar en esto último.

Si has de elegir opta por el mejor, el mayor o más famoso, cuestión de probabilidad, los hermanos estaban en el aeropuerto Ben Gurion, era su segunda visita.

Zeb se dirigió inmediatamente al mostrador de Air Europa en la terminal del aeropuerto; siguiendo la orden mental de Shalmed debía averiguar donde había viajado Tammick; en su inapelable búsqueda del libro no podían permitirse el lujo de la espera, la salida pública del libro era demasiado peligrosa y sencillamente habían nacido para evitarla; no se permitía un segundo de relajación si no era para la espera de acontecimientos relacionados con su localización.

Zeb corría por la terminal ondeando su blanca capa de nómada, su figura morena y esbelta envuelta entre esos ropajes blancos destacaba sobremanera sobre los trajes y corbatas que abundaban por la terminal. Todo este blanco atuendo se transformó en azul y elegante uniforme de piloto, al menos, a los ojos de la señorita que atendía el mostrador de Air Europa.

- Buenos días Margaret - dijo Zeb - al ver el nombre que se leía en la plaquita sugerentemente colocada encima del pecho izquierdo.

- Buenos días comandante Thompson, que sorpresa - dijo Margaret sonrojándose en gran medida - ¿qué desea?

- Sí, verás Margaret, quisiera pedirle un favor, quedé con un amigo que debía volar esta mañana, me he retrasado y no he podido hablar con él, quisiera saber el vuelo en el que ha salido para ver si puedo contactar con él, quizás por "pasaje embarcado" pudieras averiguarlo. - explicó con tranquilidad Zeb.

- Cómo no, comandante, ¿cuál es el nombre de su amigo?

- Abdul Tammick, con dos emes y ce ka al final - indicó.

- Segundo vuelo de la madrugada, nº 667 a París, hora de salida 5.30, hora de llegada...10.45 en estos momentos, señor - contestó complacida Margaret, que suspiraba por algo más que el "muchas gracias, muy amable, buenos días" con el qué se despidió Zeb.

-Tammick está en París - informó Shalmed a los dos amigos - Zeb y Zacarías cogerán el próximo vuelo a París programado para esta tarde, debemos esperar, mucho me temo que se nos escape, no sabemos nada de sus intenciones.

En este momento Salim partió de regreso al despacho, hasta entonces había permanecido de guardia en casa de Tammick pues cabía la posibilidad de su regreso a ésta por cualquier motivo.

- ¿Has dicho Paris, no?, mirad - dijo Albert, hasta aquí éste guardaba silencio, mientras buscaban la pista de Tammick, se había dedicado a repasar el cargamento de papeles que Hassan trajo del despacho de Tammick; en ese momento dio con un folleto informativo de actividades relacionadas con el arte, para ese fin de semana se celebraba en Paris un seminario de arquitectura árabe, unos de los conferenciantes era Hammed Burkausi, la primera baza para Tammick según pensaba Albert - ha ido a entrevistarse con Burkausi, está capacitado para ayudarle y se conocen, no se puede hablar de amistad pero sí han coincidido alguna que otra vez en reuniones de índole profesional; ya me lo imaginaba, os dije que sería al que acudiría, esto le ayudará en su afán de trabajar para Hammed. Se trata de seminarios de fin de semana, conferencias en sábado y domingo, si Abdul está ya en Paris puede que en una hora o a lo sumo dos, éste puede tomar contacto con Burkausi, indíqueles a sus hijos que se dirijan a la universidad de arquitectura de Paris en cuanto lleguen aunque imagino que las conferencias habrán terminado para entonces.

No quedaba otra opción más que esperar.

Y angustiosamente esperaron.

Shalmed ojeaba las traducciones de Albert; se dirigió a éste y le dijo: logró usted traducir bastante; pero lamento decirle que tiene varios errores.

La traducción correcta de este párrafo es - dijo cerrando los ojos y recitando de memoria.

'Parto con Tolomeo iniciaré mis estudios en todos los campos, después los continuaré por mi cuenta, sé dónde acudir. Hace tres años me propuse escribir los acontecimientos que me parecieran más importantes en mi vida; la situación en la que vivo es cada vez más insoportable, la locura de mi madre cada vez va a más y mi padre trabaja y calla, sólo calla y reniega de ella. No me mira como a un hijo, con la confianza que se debe mirar a un hijo, más bien me mira con miedo. Mi madre está enferma, tiene fiebres muy altas y anoche me mandó llamar; la locura quemaba su frente, me decía que José no era mi padre...después que yo era Espíritu Santo mientras me agarraba la mano y tiraba fuertemente de mí, con sus ojos completamente abiertos y llenos de lágrimas me decía: hijo, Espíritu Santo, te quiero. Pobre, deliraba por las fiebres, se lo conté a mi padre que bajó la mirada y calló; aunque muchas veces me pregunto si de verdad seré hijo de estas dos personas no creo que la respuesta esté en el Espíritu Santo, con una sutil interpretación de las Sagradas Escrituras me convertiría en El Mesías, el Esperado, el Hijo de Dios; aunque pienso que en esta sociedad cualquiera puede ser El Mesías, las gentes son fácilmente impresionables y maleables; las religiones son fe, sólo eso, no hace falta probar nada, basta con inventarse un dogma y empecinarte en su verdad, la gran mayoría te creería sin probarles nada; antes, engañar a algunos con algún truco que sus mentes no sean capaces de comprender, a los más inteligentes se les vence en el uso de la inteligencia doblegando sus razonamientos con otros, eso pesa más que cualquier hecho al que puedan desprestigiar llamándolo truco barato. Los políticos no se convencen, se compran, estos no creen en la religión, la usan para su beneficio; qué mejor arma opresora que la muerte y mejor baza que su solución, no en vano numerosos han sido los que unificaron dios y emperador en la misma persona.

Sólo el amor es correspondido con amor, lo establecido no funciona; el verdadero mensaje de Dios es amor y en él se basará su Enviado. Sería curioso ver la reacción de las gentes ante el Hijo de Dios.'

Es Palabra del Hijo de Dios.- concluyó.