El Cabo Suelto de Dios

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- ¡Cena y a dormir, para liarse la manta a la cabeza!, ¡Joder, joder, joder, Albert! Este Tolomeo es Tolomeo de Bari, el sabio historiador y astrónomo de Galilea contemporáneo de Jesús - indicó nerviosamente David haciendo suyas las expresiones de sus alumnos y vecinos andaluces que le llamaban tanto la atención y que, a veces, no usaba tan correctamente como él creía.

- Así es David, Tolomeo de Bari se encargó de la educación de Jesús durante los años que no hace referencia la Biblia, desde siempre se ha conjeturado con ese periodo de la vida de Jesús, no se conoce referencia alguna en la historia y lo que es indudable es que algo haría, siendo, como se supone que fue, un ser excepcional; el periodo de su educación básica debiera ser del mismo modo excepcional...

- Pero..., espera; esto puede haberlo escrito cualquiera, incluso el mismo Tolomeo, como demostrar que esto lo escribió Jesús, ¡joder que si es así, estoy leyendo del puño y letra de Jesucristo!, 'Al', ¡no me jodas! - replicó seriamente David.

- Mira, observa los rasgos de estos manuscritos - indicó Albert haciéndole ver hojas interiores del libro - la tinta está un poco más grieteada por el centro, estos escritos han estado enrollados por largo tiempo, como guardados en los tubos de caña que en aquella época se utilizaban para el transporte de documentos, Jesús en definitiva era un viajero; la traducción de estas hojas nos dará alguna respuesta de seguro, quizás describan la situación en la que fueron escritas; la última hoja deduzco que fue escrita momentos antes de su prendimiento; la Biblia indica que sudó sangre; David, dos gotas fueron a parar al pergamino mientras escribía, tenemos delante el testimonio de Jesús momentos antes de que se lo llevaran para ejecutarle, su tembloroso pulso me impide leer con claridad los signos, no entiendo muchas frases.

¿Qué querría decir para pasar sus últimos minutos de libertad escribiéndolo?, debe ser tan importante como para no correr el riesgo de contaminación por otras personas, al escribir se transmite la idea sin correr este riesgo y el mensaje llega con igual fuerza a cada uno de los receptores; piensa que algunos de los evangelistas no conocieron personalmente a Jesús, se podría decir que escribieron de oídas, Jesús quería que esto fuese conocido sin interpretaciones intermedias.

¿Me ayudaras a traducirlo?

- Albert, sea lo que sea esto, se diga lo que se diga en este libro, va a ser muy difícil, por no decir imposible, demostrar que esto lo escribió Jesús y tú lo sabes ¿verdad? - afirmó mirando el libro con cierto temor en sus ojos, no en vano tenía ante sí el mayor hallazgo de la Historia, algo así como las tablas de piedra originales donde Dios esculpió los Diez Mandamientos y con las que obsequió a Moisés; algo que podría hacer temblar los pilares de la religión Cristiana, de hecho podría ser el mismísimo pilar de ésta.

Albert - dijo seriamente David poniéndose de pie de un salto - tú prepara más café, yo de mientras llamo al restaurante chino de la esquina del campus, éste seguro que está abierto, comamos primero porque yo he de comer, tú no sé pero yo sí; pon la televisión a ver qué dicen de los terremotos de Turquía y Grecia en el canal de noticias, ¿tienes aquí la CNN? - diciendo esto no pudo evitar mirar al libro, sabía que en cuanto empezaran con la traducción no pararían, se alegró de estar de vacaciones.

Albert encendió el pequeño televisor empotrado que entre tantos libros pasaba completamente desapercibido, necesitaba un rato para asimilar, planificar y ordenar ideas en su mente.

- Oye, no dijiste que el terremoto fue esta mañana, estas imágenes son de hace quince minutos - comentó pues así estaba impreso en la pequeña pantalla del televisor.

- Serán replicas, a ver - comentó curiosamente apartando suavemente a su amigo - ¡ostras! es en Méjico y según dicen 'de grandes proporciones' como los de esta mañana, hablan de no sé qué de unas placas tectónicas paralelas, algo sin precedentes y centenares de miles de víctimas - decía en voz alta como radiándolo - dicen que era muy difícil la concatenación de los de esta mañana pero probable por estar en la misma línea de unión, el de Méjico lo interpretan como un reflejo de éstos, la verdad es que no saben muy bien por qué han sucedido tan de seguido, pura casualidad digo yo - dijo alzando la voz.

- Que estoy aquí David - frenó Albert - que también lo escucho, no sé cómo te atraen tanto las catástrofes, venga apaga que yo no puedo aguantar más, busca el libro "Corrientes Sicráquita y Tolomeicas" no di antes con él.

- Pobre gente - musitó mientras apagaba la televisión - espera que la comida está al llegar, no querrás llenar de 'chop-suey' la palabra del Hijo de Dios - y volvió a encender la televisión.

Una vez que terminaron de comer los dos amigos se miraron por un instante luego ambos dirigieron sus ojos hacia el libro, iban a afrontar el trabajo más importante de toda su vida; no había sido comprobado científicamente todavía, podría no ser lo que ellos esperaban, pero sólo el hecho de la idea les estremecía.