CAPÍTULO 16. EL PASADO DEFINE NUESTRO PRESENTE Y PREDICE NUESTRO FUTURO.
Mientras nos íbamos instalando y acomodando en lo que sería nuestro chupuk a partir de ahora, pasaron algunos días de tranquilidad que sirvieron para reforzar los vínculos afectivos entre los miembros de ambas kuadrillas. Esto fue posible gracias a largos y tendidos coloquios que tuvieron lugar de forma sosegada, desinhibida y asamblearia. Permitiendo así una mayor profundidad en el conocimiento interpersonal de algunas palomas de la nueva kuadrilla.
Sería injusto y cabrón por mi parte privaros de todo lo que allí se arrulló. Para evitar tal hijoputada, voy a intentar narraros lo que mi limitada memoria de paloma pueda...
Empezaré con la historia de Spencer y el origen de su Real estirpe en tierras anglosajonas. Spencer, como recordaréis en capítulos anteriores, posee una ascendencia aristocrática que le fue otorgada y reconocida oficialmente por la naciónbritánica como consecuencia del heroico papel desempeñado por unos de sus antecesores durante la Segunda Guerra Mundial humana. Atiendan pues, cobardes humanos, a la grandilocuente historia de Chir Chimbiak Chonag, que en castellano podría traducirse como: "Sir William of Orange".
Spencer nos narró que William of Orange fue una reputada y honorable paloma mensajera instruida por el "National Pigeon Service", que por lo visto era el departamento colombófilo perteneciente al M.I.4. (Servicio de inteligencia británico en aquel entonces). Según datos estadísticos, William fue la paloma que más vidas humanas salvó en aquella contienda, gracias a que su decisiva actuación durante la operación "Market Garden", que según el compañero Spencer, fue la mayor operación combinada de medios aéreos y terrestres de la historia bélica humana. En aquella operación 2000 soldados británicos quedaron aislados a merced de los nazis en la ciudad holandesa de Arnhem. Estos soldados necesitaban urgentemente refuerzos y en vista de la imposibilidad de establecer comunicaciones con el centro base por radio, recurrieron a William of Orange para solicitar apoyo. Esta audaz paloma recorrió 420 kms en unas 4 horas para llegar al centro base en Inglaterra. De esta forma consiguió llevar el decisivo mensaje que enviaron estos desesperados soldados británicos. Una meritoria hazaña reconocida por el ejército y el pueblo británico. Fue así como obtuvo la condecoración Dickin, que sería el equivalente humano a recibir la "Medalla de la Victoria Británica" (en el caso del ejército británico) o bien la "Medalla de Honor del Congreso" (en el caso del ejército estadounidense).
No obstante, las hazañas de tan intrépida paloma no se limitaron a salvar miles de vidas humanas. Spencer arrulló otra aportación de gran envergadura que fue de vital importancia para la victoria aliada y la caída del imperio nacionalsocialista alemán. Pues resulta que William of Orange destapó una trama de espionaje dentro del National Pigeon Service. Tras un meticuloso trabajo de seguimiento, consiguió desenmascarar la verdadera identidad de dos palomas nazis infiltradas en el alto mando de ese departamento de defensa. Pero es que ahí no termina lo épico del asunto, ya que una vez arrestadas estas palomas nazis, William tuvo que chekutarse de una de ellas e infiltrarse entre palomas alemanas para no levantar ningún tipo de sospecha y así conseguir engañarlas con el fin de sonsacarles y recopilar valiosísima información para el bando aliado. Tanto fue así que la SSangre helada de William para conseguir esta información influiría incuestionablemente a codificar-descodificar con éxito los mensajes de la máquina "Enigma". El resto ya es historia de humanos...
Después de todos los servicios prestados al pueblo inglés, William of Orange obtuvo irreprochablemente el título de "Chir", que es el equivalente humano al de "Sir". Título honorífico otorgado por la Reina Isabel II en persona. Sólo para aquellas ilustres personalidades que son consideradas oficialmente como "hijos predilectos de la Gran Bretaña"...

A pesar de ser una historia cojonuda, no podía entender el modo y el tono que Spencer utilizaba mientras la narraba. Su elocuencia transmitía vergüenza, resignación e incluso un injustificado arrepentimiento. Arrullo esto porque, hasta ese momento, las pocas historias que había escuchado sobre patriotismos y cosas por el estilo solían transmitir sentimientos diametralmente opuestos a los suyos, como: orgullo, solemnidad, etc. Incluso era usual fipchiar cierta excitación sexual manifestada en hiperactividad cloacal entre las palomas más fascistas. Es por esta contradicción emocional que decidí interrumpirle. Eso sí, con la mayor cortesía...
-Spencer, amigo mío. Tu historia parece más un suplicio que un deleite. Desde mi humilde opinión, deberías estar orgulloso de provenir de un héroe de la Segunda Guerra Mundial humana. Es algo digno de exaltar y no de ocultar o avergonzarse.
-Agapito, my friend, me temo que en esta ocasión I'm disagree y te arrullaré porqué: It's true que mi antepasado William of Orange deserves todos los títulos y privilegios otorgados por una gang de burgueses, oligarcas e imperialistas obsesionados con mantener el establishment de aquel entonces. Aparte, he fought against nazismo y toda esa mierda...
-Pero -sabía que ahora venía la otra parte-...
-Pero al margen de eso... ¿Consideras justo que después de 138 generations of pigeons aún se conserven la TOTALIDAD de esos privilegios? -Me arrulló con gran indignación-. No sé si sabes, Agapito, que for the same reason mi familia pudo darme the best gluchop and the best education in the best chupuks educativos de Inglaterra. All them sin cuestionarse si de verdad lo merecía o no.
-Y... ¿Dónde está el problema? -Aún no lo veía-.
-¡Cómo qué dónde está el problema! Seriously? -Spencer cargó su rapapolvo-. ¡Está en el concepto de herencia! Why do I have más y mejores oportunidades que otras palomas igualmente capacitadas por el hecho de que one of my antecesor le "trajera las zapatillas" al cerdo de W. Churchill? Why do I have un trato favorable en cualquier lugar de England if only doy a conocer mi estirpe? ¿Tanto peso tiene un apellido de shit? Agapito, it's necesary que sepas que estudié en los chupuks más elitistas de Inglaterra y Mallorca. During that time tuve que aguantar all kind of disgusting comentarios clasistas, sexistas y xenófobos por parte de supuestos futuros gentlepigeons de nuestra sociedad. Tanto de colegas que procedeían de acaudaladas familias como de, and that's the worst thing, cierto sector del profesorado con una idea extremely churchilliana.
-Vaya... No tenía ni idea de tus orígenes, Spencer. ¿Qué pasó después?
-Opté por aguantar y estudiar Engineer like a crazy pigeon. Al ACABarlos, mandé a la shit mi familia y mi patria clasista y me instalé definitivamente en Mallorca, where pasaba la mayor parte de los meses del año. Me juré que no volvería a posarme en England. Nevermore! Podría arrullarse que llevo casi toda mi vida flying between Mallorca and Madrid, as I said before... Al menos, Agapito, y gracias a todo esto, I could encontrar en esa situation el sentido de my life: Poner todas mis competencias al servicio de la igualdad entre animales. From all what I know to donde mi ser disponga, lucharé por equilibrar la balanza. Primero entre humanos and, by chirochain, entre las palomas.
Y con estas palabras llenas de determinación fue como todas las allí presentes conocieron mejor al verdadero Spencer. Una paloma que, a pesar de tenerlo todo a favor para poder vivir en la más completa opulencia, renunció a ese hedonismo determinista en pos de la tediosa, ingrata y peligrosa tarea de defender sus nobles ideales libertarios e igualitarios.
Aquel loable discurso arrullado pareció subir la líbido de toda la kuadrilla hasta cotas imprevistas. En un parpachieok montamos una bacanal de la hostia. Me subí a espaldas de Etzia, juntamos nuestras cloacas y echamos un interminable cháschás de 50 segundakos. Empezamos dándole despacito y suave, pero al parecer me cosqué de que ese estilo romanticón no le iba...
-¡Chazkarrago Agapito! -Graznó con violencia-. ¡Pareces una vieja empujando! ¡Gora el txástxás libre!
No entendía un pijo de lo que arrullaba, sin embargo entendí que ella quería que subiera la pasión del coito. No tardé en recibir un lefazo en mi ojo chaig de vete a saber quién. Lo que me desconcentró de la faena unos segundos. Tiempo suficiente para que me dieran "el cambiazo" de pareja. Ahora, sin saber muy bien porqué, me encontraba encima de CD. De nuevo juntamos las cloacas y le dimos a la mandanguita otro ratazo, aunque menos que con Etzia. Mientras estábamos oprimiendo los cuerpos, me puse a fipchiar a las compas de kuadrilla sin poder distinguir quién era quién. Lo único que podía era fipchiar era una masa amorfa de plumas, patas y picos jadeando y gimiendo rítmicamente. Alguna que otra vez se escuchaban lascivas palabras en chirop. Era algo parecido a un "pogo sexual". Al volver en sí, CD había sido sustituída por Walterina, quien entonaba jocosamente algunos versos en latichirop mientras lo hacíamos. Creo recordar que cantaba algo así como: "Dale Papi que estoy suelta como gabete y mierdas de esa índole"... El cachiopdeok[1] que teníamos montao provocó que durante unos instantes me abstrajera del bimbabimba. Momento que supuso otro intercambio de pareja. En esta ocasión fue Fermina la que relevó a Walterina y con ella se ACABó el rollo monógamo...
-Tus días de puritanismo santurrón terminan aquí, mi querido Agapito -santurrón arrulló... si ella supiera-. Prepárate a sentir la depravación en cada una de tus inmaculadas plumas... ¡Haced sitio que vamos!
Fermina me agarró de mi ala cheft y me revoleó al centro de aquella masa amorfa de éxtasis sexual. Para describir la sensación producida, sólo os puedo piar que toméis el orgasmo más grande que hayáis vivido, multiplicadlo por mil y ni siquiera estaréis cerca de lo que allí se coció.
Aquellos 5 minutos de frenesí sasiando el visio nos dejó a todas exhaustas y complacidas a partes iguales. Tanto fue así que Pionio sacó y prendió uno de sus chiepster para darse un digno colofón a su, como él diría "peoná". Resultaba curioso fipchiar a una paloma fumando cual humano arrugado frente a las puertas de chupuks donde servían bebidas aturdidoras. Así que para sasiar el visio intelectual decidí preguntarle...
-Pionio compañero... Eres la primera paloma fumadora que conozco. Esa mierda me choca y a la vez me intriga... Pía, ¿cómo te echaste a fumar?
-Jajaja... Agapito illoh. En verdad ni me acuerdo. Tengo ya casi 10 años, ompare. Más vieo que ná. Deáme un momento, a ver si macuerdo...
Y con estas palabras, Pionio comenzó a narrarnos la historia de su pasado. Atended pues, a la vida del compañero Pionio, una errante paloma por tierras sureñas que sufrió en sus propias plumas el más hostil maltrato por parte de los amos humanos que tuvo durante su vida como paloma domesticada.
Pionio nunca se posó en ningún chupuk educativo, ni de lejos. Nació en un chokpego propiedad de un obrero colombófilo de las minas de Rio Tinto. Durante los primeros meses de su vida, fue adoctrinado por sus viejos en un ferviente y autoritario catolicismo. Esto posibilitó, junto a la interacción con otras palomas del chokpego, un aprendizaje elemental del chirop. Además de su educación católica, Pionio aprovechaba sus escasas salidas del chokpego para interesarse por el trabajo de su amo minero. Quien se encargaba de colocar y detonar los explosivos entre todo el personal de la mina. Así, día tras día fipchiando la movida, adquirió todos los conocimientos básicos en el manejo de explosivos a pequeña escala, o lo que es lo mismo, de fuegos artificiales.
Uno de estos días, los mineros tuvieron un incidente dentro de la mina con el grisú. Ese gas tan peligroso. En aquel entonces, la falta de medios disponibles, aparatos electrónicos adecuados y canarios para detectar el mortal gas, llevó a su amo a tomar una drástica medida: Tomó una de sus palomas al azar para que hiciera las funciones de canario minero y él fue el afortunado.
Al día siguiente, enjaularon a nuestro compañero y lo llevaron a la zona de la mina en cuestión. A medida que se aproximaba al lugar, Pionio comenzó a marearse dentro de su jaula por respirar el grisú. Los mineros, al verlo, dejaron caer inmediatamente la jaula y volvieron a la superficie cagando leches. Por suerte para él, la caída de la jaula y su impacto contra el suelo hizo que la puertecilla se abriera. Sacando fuerzas de flaqueza Pionio consiguió salir y retirarse lo suficiente para no morir intoxicado por el gas. Pasaron unos días donde nuestro compañero se debatió entre la vida y la muerte, pero esta última, como hubiera pasao con Chuk Chorris, no tuvo cojones de llevárselo. No esa vez y de esa humillante manera.
Evidentemente, la traumática experiencia le marcó. Llevándole a salir de la mina y volar lejos, muy muy lejos...O eso pensaba, porque sus maltrechos pulmones le obligaron a posarse en el asentamiento humano más cercano.
Transcurridos unos días y al parecer restablecido, el compañero Pionio sintióse inexplicablemente atraído hacia un chupuk humano al que denomináis "tasca". Según nos pió, eran las espesas humaredas de los chiepster combustionando a pleno rendimiento, como si de una locomotora decimonónica se tratara, lo que le llevó a birlar a unos de esos humanos arrugados su chiepster. Ya con él en su pico, Pionio le metió un par de buenas "chupás" y comenzaron los mareos. Al ver esto, el mismo humano arrugado al que le choriceó el chiepster le ofreció de un bebedero al que llamáis "copichuela" un poco de acuoso likidillo. Lamentablemente, para nuestro compañero no era la inocua agua, sino un líquido aturdidor llamado "vino".
Según Pionio, después de eso se despertó en un chokpego con 3-4 compañeras más. Su nuevo amo era un obrero de la construcción especializado en la ferralla. De la misma forma que aprendió del minero, Pionio fipchiaba día tras día a su amo trabajar. Fue así como en poco tiempo adquirió conocimientos y técnicas básicas en la manipulación de metales a pequeña escala
Así pasó el tiempo aprendiendo hasta que un día su amo se cayó de un andamio. Su cuerpo humano quedó ensartado por numerosas varillas de hierro del 16 colocadas en los cimientos de aquella obra que resultó ser su tumba. Sin nada más que hacer allí, Pionio siguió su camino vagando de asentamiento en asentamiento humano, fumando las chuktaps de chiepster que encontraba y birlando las que podía. Con ese chopus choperandi, se recorrió toda la tierra sureña de Andalucía recopilando el saber popular de la clase obrera humana. Podemos piar sin pretensión alguna que vuestro humano "Mc Guiver" palidecería abrumado ante las vastas habilidades obreras del compañero Pionio.
Otra cosa que nos arrulló es cómo llegó a tierras madrileñas. Para explicarlo, nos arrulló la movida que tuvo con sus últimxs amxs antes de convertirse en una paloma salvaje...
Resulta que estxs eran una kuadrilla de nómadas, ociosxs y desaliñadxs "jipis", que realizaban espectáculos circenses por Graná y sus alrededores. Pionio, ya curtido en mil oficios, tenía su propio chou[1] entre ellxs... ¿Qué hacía? Os preguntaréis: Liaba "porros" al público y chiropeaba fielmente estampitas de Frai Leopoldo. Aunque su truco fuerte era una combinación de espectáculo de pirotecnia fusionado con malabares de fuego.
Un día, en una de esas performance que hicieron por Alcobendas, unx de lxs jipis "con la paranoya", mezcló entre los papeles que eran para dibujar a Frai Leopoldo una ristra de cartones con pequeños dibujitos en forma de mosaico en él. Entonces a la hora de hacer su número, Pionio tuvo que recoger aquel mosaico de cartón con su pico, su lengua hizo contacto con él y al minuto más o menos estaba proyectando la pirotecnia contra las jetas de los humanos del público. Bueno, según Pionio, en aquel momento no eran humanos sino milik-chiaps avícolas (o eso veía). Después de liarla sobremanera y chiorupeado hasta las trankas, se largó de allí y estuvo horas y horas por Madrid haciendo vete a saber qué porque no recuerda una mierda. Al día siguiente fue encontrado en un descampado y recogido por CD. Quien lo llevó a nuestro chupuk de entonces. El resto, ya es información general...
Ahora que ya sabíamos la razón del visio fumador de Pionio, Checho se ausentó un instante y volvió con un viejo bebedero lleno de un fuído extraño...
-Kuadrilla... Traigo un brebaje para que lo probéis. Gluchopead un poco, a ver qué os parece -degustamos su ofrecimiento agradecidas y enseguida Pionio exclamó-:
-Uuuuhh... ¡Esta mierda es la que gluchopeaba con loh vieoh esoh kó díe! -De lo que supuse que esa bebida era era el archiconocido vino-...
-¡Brrrrbb! ¡Iaaaaggh cómo aprieta! -A Walterina se le encendió la bombilla-. ¿Sabéis lo que vendría ahora bien, cuates? ¡Tachán tacháaan... ¡Un poquito de esto! -Y sacó de entre sus plumas una bolsa de kikos de maíz transgénico-...
-No veeee... ¡Maíz! -CD fue la primera en coscarse-.
-Pero este maíz es diferente, ya lo veréis. No amarga como el otro, pero te engusta y te visia mucho más...
Checho puso el vino y Walterina el maíz dulce. Unas picotás de uno y de otro y en nada estábamos todas escuchando la siguiente historia narrada sobre el pasado del compañero Chiurruti...
Para conocerlo es imprescindible recurrir a los testimonios que él rescata de la familia de palomas que lo recogieron desde que era un huevo en el suelo de las puertas del "Congreso de los Diputados".
Según lo que su familia adoptiva le arrulló, Chiurruti fue engendrado en un chupuk de golondrinas ubicado muy cerca del de su futura familia.
Un encabronado día, una kuadrilla de humanos armada con diversos utensilios fálicos procedió cínicamente al desalojo y demolición de todos los chupuks construidos en aquel Congreso y en sus inmediaciones. Dejando en la puta calle a todas las aves afectadas por tal deplorable acción. Al parecer, aquellos bastardos estaban obsesionados con privar a las aves de habitar allí. Bueno, a todas las aves no. Ya que, cansados de desalojar constantemente, instauraron milik-chiaps para asegurar esa zona "libre de indeseables aves".

Aunque te quedes sin nido y sin alpiste, okupa y resiste.
Tras el desalojo y demolición de los chupuks, aquella familia de palomas se vió sin vivienda y con lo puesto. De modo que ante la impotencia y la frustración, lo único que podían hacer como palomas era fipchiar como cada chupuk iba siendo derruido uno tras otro. Al llegar el turno de aquel donde Chiurruti se estaba gestando, su familia biológica tuvo que salir de allí sin tiempo a nada... Dos golpes y se desmoronó completamente.
Las palomas, testigas de tal tragedia, fipchiaron que uno de los trozos que caía del chupuk contenía el huevo de Chiurruti. La providencia o un cúmulo de suertudas circunstancias hicieron que el barro del trozo del chupuk que estaba bajo el huevo absorbiera el impacto de la caída y dejara el huevo intacto. El cual fue recogido enseguida por una de las palomas para ser empollado entre todas solidariamente.
Al poco tiempo de eclosionar, Chiurruti aprendió el chirop y a volar con la soltura que ya conocéis. Como Pionio, Chiurruti era una paloma de naturaleza curiosa y no tardó en darse cuenta de sus diferencias anatómicas con respecto al resto de miembros de su familia adoptiva. Es por tal motivo que un día le hicieron conocedor de toda la movida que os ACABo de narrar. Desde ese momento y desconcertado por la maldad humana, se la juró a todo integrante de esta cruel y sanguinaria especie. Chiurruti quería llevarse por delante a cuantos más, mejor y era consciente de que para esto debía entrenarse concienzudamente a diario y con la máxima intensidad. Con la finalidad de buscar el buen aprendizaje y perfeccionamiento de técnicas chimponeadoras para humanos, estuvo militando en diferentes kuadrillas antes de formar parte de la nuestra.
Así pues, y de kuadrilla en kuadrilla, iba puliendo sus habilidades y experimentando con humanos aspectos tales como: La letalidad de los cortes en función de la zona del cuerpo humano, los instrumentos de corte más devastadores, las maniobras de vuelo más útiles para el ataque y la evasión ante los humanos, etc. Todo ese bagaje chimponsivo llegó a nuestras filas hace poco más de un año cuando él y CD se conocieron chittyziteando en calle Génova...
- ¡Jajaja! ¿Recuerdas aquel día Chiurruti?
- ¡Cómo olvidarlo, CD! Fue en el chupuk humano de la gran gaviota. Los pusimos de mierda perdíos y ni se percataron...
-Ya te digo. Pero vaya, no me extraña: La mierda con la kakita no se diferencia... Seguirán siendo escoria por los siglos de los siglos. Hasta que se sequen y se desintegren.
-Aquel día fue chittyzity deportivo, por suerte para ellos... A propósito, hace mucho tiempo que no vamos por allí. Deberíamos volver a visitarles, pero esta vez de verdad.
Chiurruti continuó arrullando que después de conocer a CD se fueron al chupuk de la TNT[1], que era una organización sin ánimo de lucro basada en el apoyo mutuo y creada para combatir las injusticias y desigualdades glucho-sociales del sistema chiapichialistak. En resumidas cuentas, este atroz sistema posibilitaba la esclavitud de las palomas mediante la domesticación por los humanos. Produciendo así dos clases sociales de palomas: las domesticadas, que gozaban de todos los privilegios y las salvajes, palomas desheredadas que teníamos que autogestionarnos mediante el intercambio de bienes y servicios a través de la interacción de comisionados de chupuks comunitarios...
Volviendo a aquel día, el compa Chiurruti asistió a la TNT a participar en una asamblea. Cuya temática versaba sobre la integración, la lucha de clases, la libertad sexual, etc. A partir de estos instantes en la narración de su historia, fipchié ademanes de empezar a conmoverse. Emoción difícil de apreciar debido a la excitación producida por el maíz dulce de Walterina. A riesgo de equivocarme, me interesé por su estado y pregunté...
-Chiurruti, compañero... ¿Te pasa algo? Pareces conmovido... ¿A qué se debe?
-En efecto Agapito, lo estoy. Quizás sea porque, exceptuando mi familia y unas cuantas palomas, nadie más había aceptado mi condición de golondrina transpaloma hasta entonces. Es un privilegio ser integrante de vuestra kuadrilla. Ustedes sois mi nueva familia y sabed bien que estaré dispuesto a todo por vosotras.
-Eso no lo dudamos, compañero -repuso CD-... El sacrifico por el bien común está intrínsecamente presente en todas nosotras llegado el momento.
-¡Así da gusto tener compas! -Checho estaba eufórico con nuestro compromiso-. Si este puto sistema chiapichalistak no nos da razones para vivir dignamente, nos dará razones para morir por la dignidad de nuestra especie.
-¡Cierto Checho! -Retomó la palabra Chiurruti-. Por eso hay que liberar a las palomas del yugo humano. Pero antes, hemos de quitar el yugo a los humanos de sí mismos, es piar, liberarlos de todo aquello que coarta la libertad de su ser...
Aunque me dejo algunas cosas por narrar que no recuerdo, esta fue la historia del pasado de Chiurruti. Una paloma despojada de su familia biológica y de chupuk incluso antes de ver este mundo. Una hijoputada causada por caprichitos banales de humanos que se empecinaron en mantener su Congreso impoluto para que luego no asistan ni sus supuestos representantes que, en teoría, trabajan allí.
Hubo un breve y extraño momento de silencio en el que se pudo fipchiar entre nosotras expresiones divididas entre el rencor hacia los animales humanos y la aflicción por la historia del compa Chiurruti. Estuvimos así hasta que Checho estalló...
-¡¡No sabéis cómo me alegra haberos conocido!! Está claro que todas tenemos un enemigo común. Permitidme que os arrulle mi historia y la de mi hermano Dimitri...
A continuación preparaos para conocer el pasado conjunto de Checho y Dimitri. Una historia de pura venganza...
Desde que conocí a Checho y su kuadrilla me percaté que Dimitri, una paloma de ascendencia rusa (por el aspecto de su plumaje), no era capaz de arrullar palabra alguna. Quizás aquello se debía a una fea y enorme cicatriz que le recorría el cuello y gran parte del chiapok. Justo cuando estaba sopesando esa posibilidad, Checho dio paso a la narración de la siguiente historia:
Según relata, ellos han estado ala con ala desde que tiene memoria. Siempre han sido unas inseparables y urbanitas palomas del distrito vallekano con idénticos orígenes y vidas gracias al mismo amo cabrón. Al parecer, ambos eran palomas domésticas de un humano ruso que se instaló en Madrid tras la caída de la URSS para hacer negocios con la cría y la venta de palomas para cetrería. Es decir, aquel tirano ruso, opresor e hijo de puta producía en masa palomas para alimentar y entrenar milik-chiaps. Como buen adoctrinado chopuniktap, servía a nuestras compas ínfimas chuktaps de gluchop, las mantenía hacinadas en un chuplag sin ningún tipo de saneamiento y de vez en cuando y para mantener estable a la población sacaba alrededor de una decena de palomas, de las que nunca más se sabría de ellas...
Un desafortunado día, Checho y Dimitri fueron sacadas de la celda que compartían para "dar una vuelta" junto a varias palomas más. Fueron trasladadas a otra jaula más higiénica y enviadas en uno de esos aparatos metálicos que utilizan los humanos para desplazarse. Durante ese trayecto, especularon entre dos posibles paraderos: Muerte o Libertad. Dada la jodida vida llevada hasta entonces, ellos apostaban por lo primero. Así estuvieron debatiendo entre la angustia y la esperanza que aquella incertidumbre les suscitaba hasta que finalmente llegaron a su destino: "El Palacio de la Zarzuela".
Al mirar por los agujeros de respiración de aquella jaula, todo el pesimismo desapareció... ¡Qué jardines! ¡Qué chupuks tan amplios y agradables! ¡Era el jodido paraíso anhelado por toda paloma! ¡Viviríamos a "cuerpo de Rey" hasta el fin de nuestra existencia! Arrullaba Checho emocionado al recordar con nitidez aquel sentir... "¡Los huevos de Mahoma que son de goma!" Exclamó cambiando repentinamente el apacible semblante de su tez. Pues resultaba que su libertad tenía un alto precio.
Nada más abrirse la puerta de la jaula, todas salieron de allí como tiros sin rumbo fijo. Dimitri y él volaban con cierta torpeza como consecuencia de la atrofia muscular producida durante su largo período de cautiverio. Sin tiempo para regocijarse con las vistas de aquel esplendoroso lugar, fipchiaron como una milik-chiap chimponeó en pleno vuelo a una de sus congéneres. Esta horripilante imagen los devolvió de inmediato a la cruda realidad y entendieron que se encontraban, sin comerlo ni beberlo, en un "sálvese quien pueda". Urgía salir de aquella hostilidad cuanto antes. Por lo que ambos segregaron naturalmente un chute de Molondrina C y optaron por ocultarse y protegerse de las despiadadas embestidas milik-chiapnas, yendo hacia un frondoso matorral rodeado de unas plantas que conocéis como "cactus". Por desgracia, a pocas alas para conseguirlo, una milik-chiap cayó en picado desde las nubes para liquidar a Checho. Dimitri se coscó de ello con suficiente antelación como para apartar a Checho en el último segundo del mortal ataque y recibirlo él en su lugar. Causándole la herida que ahora refleja su cicatriz. Dimitri cayó a plomo en el centro de aquel matorral y Checho lo siguió a toda prisa para socorrerle. La herida era bastante jodida y Dimitri parecía estar condenado a una muerte segura. Por suerte, todo aquel revuelo atrajo la atención de Etzia. Quien se encontraba muy cerca recogiendo y seleccionando las mejores púas de cactus para practicar el arte que ya conocéis. En aquel entonces, Etzia usaba agujas de cactus para fines curativos y gracias a sus conocimientos, pudo clavar varias púas en el cuerpo de Dimitri para detener la hemorragia y aliviar su dolor. Además tomó el forro interior de una cajetilla de chiepster que casualmente había por allí para presionar con él sobre la herida y ayudar a contener más eficazmente la pérdida de sangre.
Permanecieron relativamente seguros en aquel matorral hasta que anocheció. Momento que aprovecharon para evacuar a Dimitri sin peligro y trasladarlo con una bolsa de plástico que encontraron. Con esfuerzo, lo llevaron a una veterinaria animalista que tenía su consulta en Lavapiés y a la que Etzia visitaba con cierta asiduidad. Al llegar, entraron por la ventana de su habitación, dejaron al moribundo Dimitri sobre su cama, arrojaron un objeto al suelo, encendieron la luz del cuarto y se marcharon dejándolo en las mejores manos. La cualificada ayuda de la veterinaria salvó la vida de Dimitri y en unos días ya estaba de nuevo con Checho. Sin embargo, las secuelas de aquella fatalidad lo dejó mudo. Desde ese momento Etzia, Checho y Dimitri entablaron una gran amistad que aún perdura.
La tan ansiada libertad que Checho y Dimitri se ganaron con sangre les movió a cobrarse su particular venganza y la de todas las compañeras caídas a manos del tirano ruso. Para tal fin, contaron con la inestimable cooperación de Etzia. Lxs tres perpetraron un sencillo y efectivo plan para chimponearlo:
En primer lugar, fipchiaron durante días el quehacer cotidiano de aquel hijoputa y descubrieron que, cada vez que iba a por gluchop, caía un paquete de "salchichas" y una botella de "vodka".
El segundo paso era agenciarse, al menos, una jeringuilla y una solución líquida de tranquilizante para caballos de la veterinaria. Eso que llamáis "ketamina". La cual pudieron choricearle gracias a la imagen del caballo chiropeada en los frasquitos que había en su consulta.
Ya sólo quedaba esperar pacientemente a que el ruso cogiera la rutinaria cogorza de antes de acostarse para entrar sigilosamente en su chupuk, buscar el paquete de salchichas, inyectarles altas dosis de ketamina y aguardar a que las gluchopeara en su "última cena".
Ser un animal humano de costumbres rutinarias puede no ser muy bueno cuando tienes al acecho a palomas con cuentas pendientes. Al día siguiente, y como era habitual en él, se preparó para cenar aquel condimentado paquete de salchichas con una generosa guarnición de vodka (la botella entera, vamos)...
-Disfruta de tu cena bastardo -pió Checho mientras el humano engullía aquella mierda-. Y efectivamente, la disfrutó. Tanto que aún recuerda a fuego la cara de enyonkao con la que aquel malnacido dejó este mundo.
Después de asegurarse de que el ruso estaba bien tieso, lxs tres subieron a la terraza donde estaban presas las desdichadas palomas y fueron liberadas finalmente de sus vidas de miseria y maltrato. Aquel acto encumbró a Checho y a Dimitri a la categoría de héroes. Las palomas liberadas, sintiéndose en deuda con ellos, les prometieron devolverle el favor cuando llegase el momento. Hoy en día esta kuadrilla vallekana cuenta con unas 50 palomas a su disposición, según nos comenta Checho.
A lo largo de los días, se sucedieron más historias acerca del pasado del resto de las componentes de la kuadrilla. A continuación, y con vuestro beneplácito, procederé a narrar la siguiente de ellas:
La tempestuosa historia de Fermina.
Antes de comenzar aludiendo a la compañera Fermina es necesario comprender el ambiente familiar en el que se crió. Empecemos por su padre. Según ella, su padre era una paloma que "predicaba todo aquello que no practicaba". Para empezar, adolecía de un mínimo de inteligencia para darle consejos propios y por eso sus funciones como padre se limitaban a soltar una serie de alidos refranes que, como bien sabéis, no son más que invenciones intelectualoides creadas en su mayoría por el clero humano de la época y con el fin de inocular el conformismo y la sumisión entre el pueblo llano. Fermina nos arrulló el "Top 3" de los refranes más usados por su padre:
3. "Más vale grillo en pico, que ciento volando".
2. "Lo gluchopeado es lo seguro".
1. "Blu, blu, semos probes... blu, blu, la vida es muy difícil y como yo las pasé putas con tu edad y estoy amargado, vas a estar igual mientras vivas aquí. Blu, blu...".
Y en esencia eso era lo que solía arrullarle su padre día sí y día también. A veces, dejaba caer comentarios del tipo: "Fulanita está trabajando en...", "la hija de tal ya tiene... y tú mira que gilipollas e inútil estás hecha. Menos mal que apostamos por tu hermano... ¡Segundona!".
Fermina, a la vista de que tenía como padre a un retrógrado vejestorio que no iba a cambiar su intransigente discurso, aprendió a mostrarle la más absoluta indiferencia. Más aún cuando se llenaba el pico de que había trabajado mucho y lo cierto es que dormía más horas al día de las que se mantenía despierto, arrullaba mucho de espabilar en la vida y la verdad es que no mostraba ni la más mínima voluntad de aprender nada. Además presumía de rectitud moral cuando en realidad era un tacaño que bajo el pretexto lastimero de que éramos pobres, justificaba su tiranía en el chupuk de Fermina. Por no mencionar que tenía una "ideología de veleta", de no haber mostrado ningún tipo de refuerzo positivo en Fermina y mil cosas más que ella omitió porque consideraba que no merecía la pena piarlas.
También nos comentó cómo era su madre: Una ama de chupuk que no salía del mismo salvo para limpiar el hueco de la entrada. Cualquier paloma que nos hiciera una visita fipchiaba rápidamente la cara de amargada, producto de una vida entera sometida a la voluntad de su pareja. Esto enfermaba a Fermina, quien intentaba en vano hacerle ver a su madre que no tenía identidad, que era la sirvienta de un desagradecido hijo de puta y que si no se hacía respetar como paloma, iba a ser vejada durante el fin de sus días.
Toda la kuadrilla se sintió identificada con Fermina, pues el patriarcado en nosotras las palomas está tan desgraciadamente consolidado, que somos pocas las que nos percatamos de ello. Como es evidente, cualquier minoría socio-ideológica es inmediatamente rechazada y reprimida por el SSitema. Pero somos conscientes de eso y resistiremos.
Fermina prosiguió con su historia. Harta ya de las gilipolleces de su padre y del amor a las cadenas de su madre, cogió y se largó a okupar chupuks. Estuvo de aquí para allá intentando hallar su sitio en el mundo. Antes de encontrarlo, convivió con unas cuantas y pintorescas kuadrillas urbanas...
La primera de ellas era una kuadrilla de palomas chuekganak. Que en castellano se traduciría como: "veganas nv. 99". Defendían a ala y espada que toda paloma debería alimentarse exclusivamente de gluchop totalmente natural y silvestre. Según estas palomas, cualquier tipo de gluchop en el que hubieran intercedido los animales humanos suponía, de un modo u otro, asesinato y explotación animal y/o vegetal. Durante un par de meses, Fermina fue testigo de que aquella forma de vida era plausible. Gracias al autocultivo de guerrilla que tenían en varios descampados y aparentes secarrales (para el ojo humano). Además instalaron unos invernaderos con trozos de uralita reutilizados y un rudimentario trozo de tubo de canelón unido a una cántara para las funciones de riego. La autogestión era posible y suficiente para toda la kuadrilla.
Un buen día, en una de las periódicas salidas para recoger gluchop de flora salvaje de uno de los descampados, Fermina recogió por error unas "habas salvajes". Ese mismo mediodía, al llegar al chupuk, las prepararon y las gluchopearon. No tardaron en darse cuenta de que aquellas habichuelillas, no eran habichuelillas corrientes. Eran semillas de la famosa planta a la que llamáis: "Estramonio del demonio". Que si ya es peligrosa para ustedes, imagina para nosotras.
A duras penas, Fermina recuerda que cuando aquello le subió, no había veganismo ni ná. Se inició un pogo caníbal como si de chiaptánicas gallinas se tratara. Se devoraban unas a otras sin piedad ninguna y no dejaban ni las plumas. Según narra Fermina, aquellas chiorupeadas palomas tenían un hambre secular. En esta tesitura se las tuvo que ver nuestra compañera para evitar ser carnaza intraespecie. Así pues, en un clarividente momento de su bad trip, se vio obligada a coger uno de vuestros tenedores metálicos que utilizamos las palomas como si fuese vuestra horca agrícola. Con él entre sus garras, Fermina chimponeó a unas, dejó sin sentido a otras y salió de allí cagando pepitas biodegradables.
Oculta en diversos lugares hasta que capeara el temporal, Fermina reinició la búsqueda de su ser llevándola hacia un nuevo chupuk okupado por otra pintoresca kuadrilla. Esta vez se trataba de palomas depresivas que se cubrían siempre de hollín de las chimeneas y demás mierdas. Así conseguían un cuerpo más negro que el sobaco de un ninja a las 3 de la mañana. Aparte de eso, se las tiraban todo el puto día arrullando comentarios autochimponeadores como: "Hay heridas que con un simple perdóname no se curarán jamás", "me gusta estar bajo la lluvia porque así nadie sabe que estoy llorando (¡¡¡pero si no lloramos, GILIPOLLAS!!!), "no quiero vivir de lo que no fue, Muerte: no lo dudes, soy lo que esperas" y una larga retahíla de opiácea mierda (opiácea porque se las pasaban días enteros allí tiradas sin gluchopear). Esto, según Fermina, le instigaba a arrancarse las plumas y a reventarse el pico contra el quicio del chupuk. "Es imposible respirar aire sano en medio de una atmósfera enrarecida". Así lo describió ella y este mismo refrán le sirvió de inspiración para recoger unas dosis de selecta roña de tubería, tirarla allí dentro con todas dentro y acto seguido tapiar la salida del chupuk con pesada morralla.
Fermina esperó fuera y no tardó en escuchar las súplicas de auxilio entres múltiples arcadas y vomitonas. Después de toda clase de peticiones, y de dejarlas un ratico más para asegurarse de que aquellos deseos de seguir con vida no eran fingidos, las dejó salir al fin y les cayó el siguiente rapapolvo:
"Que os sirva de lección, mierdosas. Parece que hay que estar al límite para hacer reaccionar al pueblo. Se estaba de puta madre ahí tiradas llorando y lamentándose por gilipolleces, ¿eh? No os habéis alzado hasta que la roña no os ha salpicado... ¡Pues así pasa con todo! ¡¡El egoísmo al que las palomas hemos llegado es tal, que nos condenará a la extinción si no luchamos para evitarlo desde ya!! ¡Ahora difundid la palabra y promulgad sublevaciones! ¡A la lucha compañeras!"
Y con ese mensaje, Fermina siguió su camino con la esperanza de que algún día aquella semilla germinara en sus corazones y se propagara entre ellas cual errante diente de león entre ligeras brisas primaverales...
-¡Andate a cagar Fermina! -Interrumpió Walterina-. ¿Cuándo has piado tú así? ¿Dónde está esa Fermina dura y cínica que todas conocemos?
-Amiga Walterina: El hecho de que luzca este "aspecto chungo" no exime que no piense, ni sienta como toda paloma. Espero que no caigas en el grave error de juzgar a las palomas por su apariencia, sus expresiones o sus gustos. De hacerlo, estarías jugando a eso que tanto detestas...
Y con rapapolvo bonus a Walterina, nuestra compañera continuó su historia...
Fermina nos arrullaba que retomó la búsqueda de su ser en otro nuevo chupuk okupado. Esta vez estuvo conviviendo con una kuadrilla de palomas charveraks[1]. Con la que, según nos pía Fermina, se inició en el consumo del maíz y sus derivados (amargo y dulce). Ocasionalmente esta kuadrilla transnochadora se iba a las afueras de Madrid, siguiendo los graves pepinazos que los enormes aparatos electrónicos emisores de sonido hacían. Entre el chumchumpak y el ambientillo, comenzó a cogerle el gusto a ponerse cara a cara con aquellos aparatos y agitar la cabeza descontroladamente hasta ACABar allí de mañaneo y chiorupisada al máximo nivelazo. Estuvo bastante tiempo en este plan. Hasta que tuvo que dejar ese estilo de vida por culpa de la sordera y el chispazo que estaba cogiendo. Por esa vida loca de Fermina y de aquellas palomas charveraks, tuvo que empezar ella sola un proceso de desintoxicación. Iba de aquí para allá distrayendo la mente del chomok[2].Combatiéndolo durante un tiempo yendo de aquí para allá hasta que conoció a Walterina chittyziteando en el Campus de la Universidad Europea. De ahí quedaron para pegarse una movidita nocturna en la Gruta 77 y al fipchiar el ambientillo de humanos con crestas y cabeza calvas, Fermina quedó tan impresionada que al fin... ¡Encontró a su verdadero yo! A partir de ese momento fue cambiando poco a poco su estética, su actitud y su forma de vida hasta convertirse en la Fermina que conocemos en la actualidad. Buscó un chupuk que okupar cerca de la Gruta 77 y gracias a la relación que entabló con Walterina, se anexionó luego a la kuadrilla de Vallekas...
-Una vida rápida y repleta de diversas experiencias, Fermina -intercedió CD-. Sabes, me recuerda un poco a la mía. Especialmente la parte que nos has arrullado sobre tu convivencia con las chuekganak y la búsqueda del gluchop autosostenible.
-Ahora que lo pias CD. ¿De dónde sacaste todos aquellos planes y teorías? -Preguntó mi primo-. Reconozco que me dejaste estupefacto cuando los comprendí. Brillantes por su sencillez y eficacia.
-Ya te pio, primo. ¿Estudiaste en los mejores chupuks militares o algo así? -Le arrullé entre risas-...
-¡Jejeje!... ¡Muy bueno cabronazo! Pues no. Pero he de confesaros algunos gustos, aficiones y estilos de vida que me han ayudado a la capacidad de planear esos golpes...
Y con estas palabras introductorias, CD comenzó su monólogo autobiográfico. Presten atención, insolentes humanos, a los orígenes de la compañera CD. Sin duda una paloma que destaca por su inteligencia y su sentido común para la dirección y gestión de nuestra fuerza de trabajo chittyzitera.
Si hay algo que he aprendido en todos estos días de aventuras es que la inteligencia no siempre es directamente proporcional a los estudios que se hayan cursado en chupuks educativos. Hay numerosas palomas que, sin posarse sobre ninguno de ellos, no tardarían en desplumar a lxs más reputadxs choptorek[3]. Ese era el caso de la compañera CD. Quien desde pequeña se crió en una familia de profesionales cuervos timadores de paloma.
En primera instancia y aprovechando que era una cría de paloma, su rol familiar era el de gancho para las palomas primas. Tenía un desparpajo natural para seleccionarlas y atraer su atención con su aparente inocencia infantil, para después... ¡Zasca! ¡Palito que te llevaste, parguela! Nos estuvo arrullando algunos de sus timos más exitosos, pero como avisé, mi memoria no es muy buena. Así que os pío a grosso modo algunos de ellos:
La cría perdida, las hostias y a la puta calle.
CD de cría recorría los chupuks de lujo chekutada de paloma tuerta y tullida que necesitaba de ayuda urgente para su moribunda abuelita. Visitaba palomas blancas domésticas de la alta sociedad y, con una sublime y dickensiana interpretación de vuestra "niña de las cerillas", seducía la voluntad de aquellas ingenuas palomas para llevarlas al "chupuk de su abuelita". La víctima, sin saberlo, se dirigía a uno abandonado donde le esperaba el resto de su kuadrilla familiar con la intención de "dialogar" y "convencerla" de chiropear un impreso en el que les autorizaría a ceder todo el gluchop almacenado de la paloma estafada, así como todo el menaje del interior del chupuk. Vamos, que CD y su familia les vaciaban "legalmente" todo el interior. Una vez la víctima chiropeaba, algunxs de sus familiares se chekutaban de milik-chiaps para darle credibilidad a la expropiación.
Completado el timo, se les suministraba a la paloma estafada un grano de maíz especial para dejar a la paloma amnésica perdía. Según ella, el efecto de aquel maíz le marcó tanto, que después emprendería una pequeña investigación sobre él. Con este timo desvalijaron a decenas de ricachonas palomas domésticas. Al tiempo, el timo se popularizó y tuvieron que darlo por finiquitado.
El doble o nada.
Se colocaba en grandes y transitados asentamientos de palomas un pequeño tenderete desmontable. CD proponía un juego aparente sencillo, pero lucrativo. Consistía en elegir una carta de tres chiropeadas con diferentes figuras y seguirla con la vista durante un confuso juego garras y pico para después volver a elegir la misma carta. En función del gluchop previamente apostado, tanto si lo conseguía como si no, se le daba la posibilidad de doblar la apuesta... Obviamente el juego estaba amañado y los jugadores nunca ganaban. A veces y para demostrar lo contrario, algunos de los familiares de incógnito ganaban el juego y así el resto de las palomas caían como auténticas primas...
-¡Un momento CD! -Había algo que no me cuadraba del todo -Perdona la intromisión, pero disponemos de todo el gluchop que queramos. ¡Tenemos de sobra! No le encuentro sentido a esta mierda...
-¡Io puta! ¿Cómo qué no? Vamos a ver, Agapito, quiero que pienses un poco... ¿Por qué has pegao aquí en Madrid? ¿Acaso tú no vivías de puta madre en el campo, goleor?
-Pues sí. No me faltaba lo básico, pero ahora me doy cuenta de que allí estaba muerto en vida...
-¡Pues ahí lo tienes! En aquel entonces el pegarle palos a las palomas, especialmente a las domésticas, era lo que me daba la vida. Me flipaba retar a mi propia inteligencia y a la de las demás. Autosuperarme constantemente...
-¡Aaah vale! Pues entonces no te interrumpo más. Por favor continúa...
Y CD retomó su historia arrullando otro de sus timos. Consistía en mandar a chupuks ostentosos de palomas blancas una atractiva oferta de trabajo que les daba la oportunidad de ser, por fin, palomas aristócratas. La carta o panfletillo decía algo así:
¡Trabaja como Paloma de la Paz en actos oficiales de Estado!
¿Cansada de ser una blanca paloma de la alta sociedad y no poder presumir ante tus semejantes de título nobiliario?
No dejes escapar la oportunidad de entrar en los anales de la historia como Chiss España 2016. Si crees que mereces una vida aún mejor, ¡no lo dudes! ¡Tendrás la oportunidad de relacionarte con la jet set colombófila en un proceso de selección que durará todo el mes de septiembre!
El único requisito necesario para ello es enviarnos la dirección de tu/s chupuk/s a este correo: ;.-¨`/.-
Comenzamos el proceso de selección el 2 de septiembre sobre el mediodía en el Palacio de la Zarzuela. ¡¡Tráete a toda tu familia!!
¡¡Bezis de frezis!! ¡Muak! ;)
Evidentemente, las ilusionadas palomas no volvieron de allí y con todas las direcciones obtenidas, la familia de CD contrataba a una kuadrilla de cuervos albanokosovares para expropiar los chupuks de lujo y luego cederlos a las palomas salvajes de su barrio. "Okupación social" se llama esto. De esta forma e ideando palo tras palo, CD se fue curtiendo en el arte de la planificación. Ya como paloma adulta, decidió emanciparse de su familia timadora y emprendió su particular aventura.
En el inicio de su nuevo periplo, CD convivió un tiempo con palomas salvajes normales y corrientes. Palomas mundanas con aspiraciones y estilos de vida masificados y aburridos, al menos para ella. Palomos obsesionados con su cuerpo para chaschasearse a todas las palomas posibles y viceversa. Palomos, palomas y viceversa... y así todos los putos días. Ante tal despropósito intelectual, la inadaptada de CD prefería sobrevolar Madrid en busca del conocimiento humano. Iba pasando de ventana en ventana fipchiando las actividades y conductas cotidianas de estos estúpidos animales. Todo este proceso de observación le llevó al aprendizaje de unas nociones básicas de psicología humana y de algunos de sus interesantes juegos mentales.
Una tarde, y por casualidad, CD fipchió a un humano en una terraza jugando consigo mismo a un juego al que llamáis "ajedrez". Todas las tardes, CD observaba al humano y en poco tiempo aprendió a mover cada pieza. En unas semanas, nuestra compañera tuvo la osadía de retar a aquel humano a su juego. Como era de esperar, el humano no creía lo que veía, pero tras unos movimientos tomados a la ligera para asegurarse de que CD sabía mover, estaba inesperadamente en jaque. Según ella, esto sólo fue el preludio de una serie de apasionantes duelos humano vs paloma equiparables a los de vuestros Karpov vs Kasparov. La impotencia del humano ante la aplastante superioridad táctica de CD le llevó, en una enajenación causada por su vigésimo cuarta derrota consecutiva, a autochimponearse arrojándose desde su terraza.
El chou debía continuar y CD seguía pasando tardes enteras analizando a través de las ventanas de chupuks humanos y sasiando su intelecto ávido de conocimientos. Esto le llevó a detenerse ante un humano ermitaño que se pasaba todas las tardes enfrente de una caja de imágenes interactiva jugando con ella a juegos de construir chupuks, recoger gluchop y más cosas para crear kuadrillas humanas y mandarlas virtualmente a oprimir y chimponear pueblos vecinos. Pero los otros pueblos venían en plan imperialista a oprimir el tuyo. Según CD era un juego que le permitió dirigir y gestionar hipotéticas kuadrillas de palomas en situaciones ficticias de chittyzity militar. Estuvo varias tardes aprendiendo la mecánica de aquel juego: qué hacer para armarse rápidamente, cómo defenderse del invasor eficientemente, conceptos básicos de guerrilla, etc.
CD aprendió hasta que una vez preparada en todo lo que le interesaba, esperó en una de esas tardes a que el ermitaño pausara su juego y se marchara de allí para echarse agua en el cuerpo. Momento que aprovechó para reanudarle la partida, chiropear en su caliente bebida marrón y salir de allí descojonándose viva.
En su búsqueda de nuevos saberes, CD nos pió que unas ventanas sospechosamente blindadas despertaron su interés, ya que a través de ellas apenas se conseguía ver nada. Estaban cubiertas por gruesas barras de metal y una tela que impedía mostrar el interior. Sin embargo, si se prestaba atención, era habitual escuchar jaleo dentro, a todas horas y de varios animales humanos cada vez. CD, que no tiene ni una pluma de tonta, buscó un acceso a aquel lugar a través del patio y como era consciente de que era un 6º piso, se posó en un chekobeko de ropa y esperó una nueva visita de humanos al lugar. Al producirse el jaleo de nuevos visitantes, CD identificó un acceso al interior por una ventanilla, se adentró y con precaución fipchió a una kuadrilla de humanos que intercambiaron unos papeles de colores por una pequeña bolsa de kikos. El afán por descubrir el misterio de los kikos le suscitó una oleada de pensamientos:
¿A qué se debe tanto ocultismo? ¿Por qué esa mierda de cantidad para tantos humanos? ¿Escondían un prototipo de kikos que pudiera paliar grandes hambrunas? ¡Podría tratarse de una conspiración alimentaria para esclavizar humanos o para mejorar sus capacidades militares!
Todas esas especulaciones y más bombardearon el seso de CD. Muchas preguntas y ni una respuesta. Así pues, y para esclarecer tal asunto, nuestra racionalista y científica compañera partió del axioma de: "kikos elaborados a partir de maíz transgénico". Acto seguido consideró necesario seguir a los humanos que consiguieron aquellos kikos para observar por sí misma los efectos y a partir de ahí, unir cabos y sacar sus propias conclusiones. Dispuesta a todo, CD los siguió y esperó pacientemente a que los humanos gluchopearan sus kikos para ver qué ocurría... Al hacerlo, los humanos pasaron varias horas sin alimentarse de su habitual comida y además se podía apreciar una inusual energía en todas sus acciones.
Visto lo visto, CD llegó a establecer su ya conocida teoría: "Aquel maíz transgénico era extremadamente nutritivo y energético en humanos. Podría ser la clave para erradicar el hambre humana en el mundo y por ende el de las palomas". De ese razonamiento surgió la "Teoría del maíz transgénico de CD". La cual ya sabemos que se cumple en parte y con varios efectos secundarios en nosotras, al menos. Esta teoría fue contrastada empíricamente en reiteradas ocasiones y al tratarse de algo revolucionario en el ámbito nutricional, invitaron a CD a dar una piada sobre el tema en el chupuk de la TNT. Allí asistió parte de la antigua kuadrilla (Etzia y Pionio), que se quedaron impresionados por el privilegiado raciocinio de CD y le propusieron afiliarse a su kuadrilla y por supuesto a la TNT. Nuestra compañera aceptó gustosa ambas propuestas.
En líneas generales, esta fue la historia de CD. Una paloma aparentemente poco emocional, pero con una capacidad analítica sobrecolumba.
-¡Ahora encaja todo! -Arrulló emocionado mi primo-. Desconocía todas tus movidas con el maíz y toda esa falta de sensibilidad que ahora veo más que justificada.
-¡Gran historia, CD! ¿No te agota estar siempre analizando y deduciendo? -Pregunté-. A veces creo que es necesario dejarse llevar por los impulsos reptilianos, ¿no crees?
-¡Por supuesto! Soy partidaria de la juerga como la que más. Siempre que ésta sea controlada y no muy deletérea para el cerebro... ¿O no recuerdas el movidón que nos metimos con Fermina?
-¡Ahí las dao!
Entre risas por nuestra parte y caras de "de qué mierda se ríen estas perras", por parte del resto de compas terminamos con la historia de CD y acordamos tomar un descanso que fue aprovechado por mi primo para salir fuera y entrenar un poco sus nuevas habilidades chittyziteras. Salí con él para verlas en práctica y conocer cuál sería su futuro rol chimponsivo en la nueva kuadrilla. Fuimos al chupukio a recoger su equipo, que era una especie de mochila invertida con algo parecido a lo que sería un rollo o carrete de pescar que mantenía en la parte baja de su chiapok...
-Primo... ¿Qué es todo este rollo de cable? ¿Vas a usarlo para el chittyzity chimponsivo?
-Así es. Llevo este rollo con cable de altísima resistencia y esta cuchilla en la pata chaig -era casi igual que la de Chiurruti-, para cortarlo rápidamente y armar "la trampa".
-¿La trampa, pias? ¡Joder primo! ¡¡Enséñame cómo funciona!!
Y a continuación mi primo se preparó para hacerme unas breves demostraciones. En la primera de ellas bajamos al nivel suelo y me arrulló que le señalara una puerta para humanos al azar. Al señalársela me pió que contara el tiempo desde su salida hasta la llegada a su punto de partida. La puerta estaría como a unas 100 alas de distancia, pero eso pareció no importarle. Así que al grito de... ¡Ya! Mi primó voló como un misil hacia la puerta, revoloteó un instante a su alrededor y volvió en menos de 30 segundetes. No sabía muy bien qué pollas le había hecho a aquella puerta hasta que segundos más tarde veo que un animal humano quería salir al exterior y no podía. Por más que lo intentaba no podía y estuvo un buen rato así hasta darse cuenta de que le habían tapiado la salida con varios trazos de cable ultrarresistente y casi invisible para su ojo...
-¿Lo has fipchiado o no primo? -Me preguntó entusiasmado-. Además de eso tengo más truquillos con los cables. Volvamos arriba -ascendemos de nuevo a la entrada de nuestro chupuk-... Mira primo otra cosilla interesante: Si pillo esta aguja de Etzia, la doblo así, la fijo a la punta del cable con este nudo especial antideslizante y coloco algo de suculento gluchop atravesándolo con la aguja... ¡Tachán! Podemos captar la atención de cualquier ave, incluso milik-chiaps y llevarlas a donde queramos. Es una valiosa maniobra de distracción. Ya irás fipchiando más usos, primo. Ayúdame a recoger el equipo y entremos...
Después de su exhibición, regresamos adentro y todas estaban escuchando el inicio de la historia de la compañera Walterina...
-¡No mames wey! ¡Déjense de pendejadas y apúrense a escuchar mi historia! -Nos arrulló Walterina-. Tranquilos que sólo les estaba arrullando chistes de vatos gringos culiaos. No se han perdido nada...
Y a continuación, Walterina comenzó a narrar la trepidante historia de su pasado...
Según nos cuenta, Walterina fue criada hasta su adultez en el otro lado del charco, en tierras latinoamericanas. No dio muchos detalles de su antigua nazión de origen porque según ella, el sentimiento de pertenencia a un grupo, por mayoritario que este sea (país, nazión, patria y toda esa mierda), no debe hacerte sentirte diferente de cualquier otra paloma en cualquier otra parte del mundo. Con este ideal como estandarte y en vista de la miseria que existía y existe en su querida Latinoamérica decidió, no sin antes sopesarlo, lanzarse a la aventura de recorrer el mundo.
Ante la falta de experiencia y tras piar con varias palomas que tenían las mismas ilusiones, el devenir llevó a Walterina a contactar con una kuadrilla de palomas que, imitando el proceder de los humanos, posibilitaba lucrativamente la llegada de palomas inmigrantes a España. Para conseguirlo, las metían en unos metálicos chupuks mercantilistas junto a animales humanos que se encontraban en la misma situación y los embarcaban en enormes aparatos humanos diseñados para atravesar los mares. Walterina arrulló que tuvo que soportar calamidades de todo tipo durante el trayecto. Calamidades que sin duda la hubieran chimponeado de no ser por la ayuda de los humanos. Apoyándose mutuamente, humanos y palomas inmigrantes consiguieron pisar clandestinamente suelo español.
Desgraciadamente, en el sistema chiapichialistak imperante nada es gratis. Walterina y las demás palomas que la acompañaron en su ardua travesía tuvieron que rendir cuentas por tan bochornoso viaje. ¿Qué cuentas van a rendir si no nos regimos por el dinero? Os preguntaréis... Tiempo de esclavitud o de trabajos forzados que viene a ser lo mismo.
Tristemente aquellos humanos inmigrantes corrieron la misma suerte que Walterina, nos arrulla. Pues palomas y humanos fueron llevados al mismo chuplag: Un sitio alejado de Madrid, con un exterior que se iluminaba en exceso durante las noches y donde los animales compañeros de su viaje eran obligados a realizar toda clase de deleznables y vejatorios trabajos. En cuanto al de Walterina y las otras palomas inmigrantes, éste consistía en transportar pesabas cargas de maíz transgénico dulce desde aquel sitio hasta las direcciones que la kuadrilla del jefe les chiropeaba en un papelillo.
Se suponía que Walterina debía trabajar para ellxs 6 meses. Después la deuda con aquella red criminal colombófila quedaría saldada y sería paloma salvaje en una tierra llena de oportunidades. Pero al parecer, se trataba de una gran estafa. Le amenazaron con chimponearla y las obligaron a seguir así de por vida. Walterina nos pió que ya había aguantado suficiente mierda en su país como para pasar por lo mismo aquí. Así que esperó a recibir un encargo en el que hubiera que hacer el porte a una zona poblada dentro de la ciudad. Llegó tal día y la mandaron con la merca a Vallekas, donde harta ya de ser la mensajera del mal, decidió esconder "el paquete" y buscar ayuda. Empezó a piar a diestro y siniestro intentando explicar lo ocurrido. Ninguna paloma nativa española quiso saber nada, pero la suerte cambió cuando Walterina encontró a Dimitri, quien al enterarse y no poder comunicarse con ella, la llevó ante Checho y toda su kuadrilla.
Checho escuchó a Walterina y comprendió que estaba metida en un lío serio y ellas, al protegerla, también. Por lo que, tras barajar varias opciones, optó por acudir a la TNT en busca de ayuda. Allí varias decenas de palomas se ofrecieron a llevar a cabo las audaces pretensiones de Checho, que eran ir al chuplag luminoso de las afueras y enfrentarse cara a cara con la déspota kuadrilla que aún mantenía a aquellas palomas contra su voluntad.
Una noche cualquiera, alrededor de dos centenas de palomas con Checho, Dimitri, Walterina y más valerosas tenetistas en primera línea, asaltaron el chuplag en bandada. La kuadrilla rival, con un chandikap de 1 a 15 se atrincheró, se chiorupeó con maíz trans dulce y murió al más puro estilo Choni Chontanak[4], arrulló satisfecha Walterina.
En un plis el problema de las palomas extorsionadoras estaba solucionado. Pero la empatía de Walterina con aquellos desdichados animales humanos no la dejó tranquila y días después se propuso hacer algo para liberarlos de sus captores, como hizo con sus palomas compatriotas. Era consciente de que una lucha paloma vs humano no era inteligente. Debería planear otro modo de destapar aquella "trata de humanos".
Tras pedir consejo en la TNT, hubo una paloma con cierto dominio del inglés que se prestó a echarle un ala. Esta paloma okupaba un chupuk cerca de la sede de un prestigioso "sitio de papeles con información humana", pió Walterina. Supongo que haría referencia a un medio de comunicación de prensa, lo que conocéis como "periódicos". Aquella paloma le comentó a Walterina que si conseguía una de esas cámaras fotográficas, podría explicarle más o menos cómo funcionaba y así denunciar aquella atrocidad a los humanos.
Checho, Dimitri y Walterina no tardaron en birlar una cámara de esas a un despistado humano que se entretuvo mirando un enorme papel en la entrada de un museo. Ya con la cámara se llevaron al compañero bilingüe a aquel chuplag y estuvieron echando fotos del lugar desde todos los sitios posibles. Una foto tras otra hasta que la cámara dejó de funcionar.
A la mañana siguiente, Walterina dejó la cámara sobre la mesa de una gran sala de aquel "sitio de papeles con la información humana". Al tiempo, y en una de sus periódicas revisiones nocturnas a su antiguo chuplag, pudo fipchiar, al fin, que no había ni rastro humano en aquel maldito lugar.
-¡Aupa Walterina! ¡Bi Bolak! -Arrulló Etzia con admiración-.
-Fue una hijoputada lo que le hicieron -afirmó el compa Checho-. Pero lo importante es que liberó a sus colegas palomas y humanos de aquella mierda...
-Cierto Checho... Bueno kuadrilla, parece que soy la única que queda por sincerarse, ¿no? Jejeje
-Pues sí Etzia -pió mi primo con cierta impaciencia-. Tenemos interés por conocer las razones que te han llevado a no chimponear humanos. Además de muchas otras cosas como el tema de las agujas, etc.
-¡Ahí va la hostia! ¿Por dónde empiezo? -Preguntó retóricamente Etzia-... Por el principio pues. Chat, chi, chiru... ¡Vamos allá!
Para conocer el pasado de Etzia, debemos remontarnos a la Barakaldo de hace unos 5-6 años. Allí nació Etzia, una paloma salvaje de padre chaiz cholarik[5] y de madre cherbitzari[6]. Según nuestra compañera, tanto uno como otra habían ganado numerosos concursos en sendas habilidades de trabajo. Por lo que eran una familia conocida entre las palomas de la ciudad. A diferencia de algunxs de nuestrxs compas de kuadrilla, Etzia no tuvo una dura infancia o adolescencia. En este aspecto llevaba una vida normal y era una brillante paloma chikastolera[7] que no tardó en destacar en las Ciencias Colombófilas de la Salud.
Etzia dedicaba sus tardes a fipchiar desde una ventana unas curiosas técnicas de animales que consistían en algo muy parecido a lo que hoy en día practica chittyziteando. Ella se sorprendió por el hecho de que un humano pudiera curar a otro con sólo clavarle unas cuantas agujas y se motivó tanto que emprendió el aprendizaje del euskera para así poder aprender sobre anatomía humana y "akupunktura".
La idea de Etzia era aprender todo lo posible de ello para luego aplicarlo a su propia especie y contribuir así a la columbidad. Nos arrulló que esta tarea la lleva perfeccionando hasta la actualidad.
Al margen de su prometedor futuro y del potencial éxito y reconocimiento social, Etzia también invertía parte de su tiempo en la Chale chorroka[8]. Le gustaba salir con su kuadrilla a chiropear pankartadas chakbertzales[9], quemar y tirar piedras a los bonitos chupuks de palomas blancas y ver cine vasco (subtitulado en euskera, claro). Sentía debilidad por obras maestras como: "La fuga de Segovia", "El pico 1" y "Comando Txikia: Muerte de un presidente".
Ocasionalmente, Etzia frecuentaba la Cherriko con su kuadrilla de la Chale Chorroka. Allí gluchopeaban un buen bebedero de "txakolí" con queso de paloma latxa.
-Amo a vé -interrumpió Pionio con tono de incredulidad-... ¿Pero cómo va habé queso de paloma lacha? ¡Si somoh aveh! ¡Mae mía!
-¿Y quién te ha piado que el nuestro se hace con letxe? El queso de paloma latxa se hace con jugo de harra[10] y un ingrediente secreto y que sólo las palomas latxas conocen. Si no, se llamaría yo que sé... queso de paloma torcaz. Uuuufff está... ¡Iaaaaghh!
-¡No ve ompareh! -Respondió Pionio-. Po eso tiene que está de puta mae, ¿ave?
Y Etzia siguió arrullándonos que después de echar su rato en la cherriko, se iban a sasiar el visio al gaztetxe para ver míticos grupakos de palomas artistas que arrullaban un putrefacto y contundente mensaje nihilista. Todas notamos que a la compañera Etzia se le rizaban las plumas cuando piaba acordándose de los "C.H.I.P.", "CHostiatu" y el incombustible "Manolo Txakurrainmolo".
De esta agradable manera vivió Etzia su juventud e inicios de su adultez hasta que un buen día, según comenta, la clínica de akupunktura tuvo que cerrar por motivos económicos. Afortunadamente, en aquel entonces Etzia ya tenía un enorme bagaje en este campo y el chasco no repercutió mucho en el desarrollo de sus habilidades de perforación subplumánea. No así en su estado emocional, ya que aquel inesperado cierre supuso un fuerte varapalo. La desconsolada Etzia estuvo vagando semanas por Barakaldo y viviendo la vida rápida. El "No hay futuro" se apoderó de ella hasta que un buen día despertó entre vómitos y heces en un callejón. En el cual había una ventana de la que emanaba una música relajante y un aroma embriagador. Etzia se asomó y se dio cuenta de que se trataba de un chupuk humano espiritual. Los humanos de allí se percataron enseguida de su presencia y le invitaron con gestos a entrar, a lo que Etzia accedió.
Según ella, nunca antes había sentido una energía tan positiva desprendida por aquellos felices humanos. Etzia fue tratada, de lejos, mejor que cualquier paloma doméstica. Así pues, comenzó a interesarse por aquellas teorías y pacíficos rituales que practicaban la kuadrilla humana. Al tiempo de estar metida en aquel mundillo, nuestra compañera se interesó por la reencarnación. Nos pió que esa era la razón por la cual no dañaba a los humanos, ya que estos podían haber sido palomas en una vida anterior y además, ella era una gran detractora de la violencia como medio para conseguir los fines. Así Etzia pasó de ser paloma de la Chale Chorroka a ser una paloma budista... Irónico, sí...
Pasaron días felices y fructíferos en aquel lugar hasta que una tarde, y sin previo aviso, la milik-chiap humana irrumpió en aquel chupuk humano de serenidad y empezó a repartir porrazos de forma abusiva e injustificada. Entre el tumulto y el total estado de relajación en el que estaba sumida, nuestra compañera se llevó un porrazo en la sesera y cayó fulminada. Despertó en un chokpego humano y sin saber muy bien porqué, Etzia fue trasladada en un aparato metálico junto con otros cuantos humanos a la "Audiencia Nazional".
En tierras madrileñas, y justo antes de salir del aparato metálico, Etzia probó suerte haciéndose la muerta. Al abrir y sacar a los humanos, un milik-chiapno la vio allí tirada, la recogió y la arrojó a la papelera más cercana. Estuvo allí dentro hasta que todo el meollo se disipó. Al salir ya sabía que no volvería jamás a su querida Barakaldo. Por todo el abuso milik-chial recibido, nuestra compañera cambió de parecer con respecto a la violencia: "A partir de ahora no chimponearé humanos, pero haré todo lo posible por joder a quienes lo merezcan"...
Etzia empezaba una nueva vida en Madrid y no tenía a dónde ir ni con quién okupar. Aunque en ese momento no le importó. Simplemente batió sus alas y empezó a sobrevolar la ciudad disfrutando de sus impresionantes vistas. Vagó por aquí y por allá un rato hasta que, víctima de la fatiga decidió posarse en un chekobeko del Parque del Retiro a recuperar el resuello. Mientras tanto, se dispuso a fipchiar con hastío la docilidad de aquellas blancas y presumidas palomas haciendo cualquier cosa por unas migajas de chikachiep, como si de simples perros de tienda se tratara.
Entre todo ese repugnante ambiente de sumisión, había una paloma blanca que actuaba contra natura. Pues estaba jodiendo las bebidas y las impolutas vestimentas humanas injustificadamente. "¡Ese sí era su rollo!" Nos arrulló enérgicamente mientras lo recordaba. En vista de aquella incongruencia, Etzia se acercó a aquella rebelde paloma y después de un momento de confusión idiomática, Spencer y ella se conocieron. De ahí pasó a formar parte de la antigua kuadrilla (otras palomas anteriores a las incorporaciones de los compas que conocemos y caídas en la lucha).
Ya integrada y aprovechando las habilidades que ya sabéis, la compañera Etzia fue enterrando su pasado abertzale para combatir contra el verdadero enemigo: El animal humano corrupto. Aquel que extorsiona a sus semejantes, y a toda especie animal que se deje, para atiborrarse de toda clase de lujos. Este ejemplar humano, cual insaciable parásito, prefiere reventar antes que ceder los bienes que ni en otras 20 vidas sería capaz de gastar. Etzia se juró a sí misma que algún día todo el peso de sus mugrientas e insalubres agujas caería sobre esta calaña...
[1] Charveraks = Fiesterxs amantes de la música jarcor y consumidoras ocasionales de sustancias eskupepacientes.
[2] Chomok = Sensación de ansiedad provocada por la abstinencia de la paloma drogodependiente.
[3] Choptor = Eminente paloma que se dedica a impartir las cátedras del mayor nivel intelectual en nuestra sociedad.
[4] Famosa paloma originaria de Cuba que emigró a Miami para establecer allí un enorme imperio del narcotráfico colombófilo.
[5] Chaiz Cholarik = Oficio tradicional vasco consistente en doblar y partir ramas gordas para hacer chupuks en el menor tiempo posible.
[6] Cherbitzari = Oficio tradicional vasco consistente en servir a destajo.
[7] Chikastolera = Escolar / Estudiante en las Chikastolas.
[8] Chale chorroka = Juventud de palomas vascas que lucha en la calles.
[9] Chakbertzales = Nacionalismo vasco.
[10] Harra = Gusano o cualquier otro bicho vermiforme.
[1] TNT = Tenemos Negros Trabajos.
[1] Chou = Espéctáculo de carácter artístico.
[1] Cachiopdeok = Alegría / Despiporre / Buenas vibras.