CAPÍTULO 20. El DÍA A.


Todo estaba listo. El "Día A" llegó. Las kolumnas se dividieron, formaron y partieron a enfrentarse a su destino y al de todas a la vez. Mientras volábamos, se podía apreciar un cambio diametralmente opuesto al clima que hizo estos días atrás. A medida que nos íbamos aproximando a la Moncloa, notábamos negras tormentas agitando los aires y nubes oscuras que nos impedían ver...

-El día se está volviendo negro -comenté con la intención de iniciar la conversación-... ¡Kolumna, ya esta estamos cerca!

-En una hora Marrano Destroy estará recibiendo a todos los presidentes en la entrada de la Moncloa -nos recordó Fermina.

-Afirmativo. Cuando los haya recibido a todos, esperamos otra hora más hasta que se hayan acomodado completamente -arrullaba Chiurruti esbozando una maléfica sonrisa-. Después... ¡CHÁS! ¡Serán nuestros!

-Si no tenemos lío con las milikchiaps avícolas tenemos muchas posibilidades de emboscarle -añadió mi primo un poco nervioso...

-That's true! -Arrulló Spencer girando su cuello hacia atrás- ¡Vamos a posarnos en aquella zone! -Hizo un par de gestos a las compas que iban detrás.

Como una cascada de purificante lava, aterrizamos en el punto de partida fijado para la misión. Estaba situado a una prudente distancia en la parte trasera del edificio. Desde allí empezamos a piar el plan:

-¡Kolumna! Silent, please! Pay attention al plan que propone el compañero Agapito...

-Gracias, Spencer... Bien, lo primero que vamos a hacer es reconocer el terreno por donde vamos a irrumpir. Por lo que necesitaré a 4 espías para que informen sobre los posibles puntos de acceso de la segunda planta: ventanas, conductos de ventilación o cualquier otro agujero o rendija por donde entrar.

-¡En marcha! -Y las espías despegan a toda prisa.

-Sigamos. Una vez sepamos los puntos de acceso, entraremos de forma escalonada y en grupos de 50, aproximadamente. Es importante que hasta que un grupo no haya entrado completamente, no salga el siguiente. Así evitamos posibles colapsos e indiscrecciones. En el caso de que no haya ventanas abiertas, las acorazadas formarán y harán lo que ya saben hacer...

-¡Oki doki! -Arrulló una de ellas.

-Perfecto -pió complacido mi primo-. Todas esas ventanas dan a sus correspondientes habitaciones. Hay que abrir las puertas de las habitaciones en la que hayamos entrado para luego salir a un largo pasillo donde la kolumna se volverá a reunir.

-Las espías serán las encargadas de abrir estas fuerzas con el alambre especial que fabricásteis con Pionio. ¿Todo claro hasta aquí? -Les preguntó Fermina.

-Clarinete, clarinete -replicó una...

-All right then -prosiguió Spencer-. Cuando nos volvamos a reunir en el pasillo, las tramperas bloquearán los dos accesos que comunican a la segunda planta con la primera y viceversa... OK?

-Recordad: La técnica de la tela de araña se aplica cuando no hay ningún mecanismo de control de acceso. Después añadimos una trampa retardante -todas las tramperas afirmaron con la cabeza a las indicaciones de mi primo.

-Finalizado el trabajo de bloqueo de las tramperas es el turno de limpiar y asegurar la segunda planta de la amenaza humana -arrulló Chiurruti a sus pupilas-. Ya sabéis que en espacios reducidos hay que asestar los golpes de forma encadenada. Un ataque masificado nos es tan efectivo en interiores... Entorpece más que destruye.

-¡Descuida maestro! -Arrullaba una carnicera mientras blandía enérgicamente una de sus cuchillas-. ¡Sentirán nuestro frío acero!

-Es importante que hasta que no estemos todas en la primera planta, las petarderas y pirotécnicas se mantegan al margen de todo el embolao -era importante aclararle esto-. Cuando bajemos, atacaremos con toda nuestra fuerza e intentaremos hacer la ratonera con fuego natural, artificial, mierda, cables, fiambres o lo que sea. Tened siempre presente que allí no puede entrar ni salir ni un solo humano. Ni uno vivo...

Mientras estaba dando estas últimas indicaciones, las espías que antes mandé a buscar accesos regresaban...

-¡Agapito! -Piaban excitadas-. Ni una puta milikchiap y disponemos de tres ventanas entreabiertas para colarnos...

-¡Buen trabajo y muchas gracias compañera!... Id formando los grupos y los turnos que en un rato procederemos a la incursión. Mientras tanto, vamos a ver cómo está la situación en las otras kolumnas... Radio: Ven, por favor... Necesito usar el walki-taki...

EN LA KOLUMNA IGUALDAD...

¿Qué pasa kuadrilla? Agapito no es omnipresente. Ni yo tampoco. Sólo soy una paloma radio que se encargará a partir de ahora de narraros todo lo que vaya sucediendo en mi kolumna. A estas alturas... ¿Qué coño importa quién os la píe?

-Vale, estamos cerca... Nos posaremos en aquel enorme y frondoso chekobeko -CD apuntó a la zona con su pico.

-Es el sitio perfecto para ocultar a toda la kolumna. Además está a una distancia segura -Checho dio el visto bueno y ale...

-¡Ojú vieho! Cargá con esto tol viae cansa... Ví a tené que dejá los chiepteh -Pionio llegó extenuado...

-Tranqui Pionio. Tendrás tiempo suficiente pa recuperar el aliento -pió Etzia mientras lo ayudaba-. Tenemos que esperar un buen rato hasta el asalto.

Aquel majestuoso chekobeko se iba adornando con multitud de republicanas bolitas plumadas. Una idílica imagen más propia de una postal de la Navidad más consumista, que de un chekobeko conspirando para la caída de un régimen plurigeneracional. Todas en posición, dimos paso al plan de asalto. CD tomó la palabra...

-Tened en cuenta que buena parte de la batalla se desarrollará en el exterior, es piar, en campo abierto y ante enemigos que nos chimponearían sin apenas esfuerzo. Hay que luchar en equipo o no lograremos ni entrar...

-Ya advertimos que el enemigo vendría a jodernos la incursión -recordó Checho-. Desde el aire, con milikchiaps avícolas, y desde tierra firme, con cazadores humanos.

-Ahí estamos... Y pacá enemigo tenemoh un sistema de neutralisasión -arrulló Pionio-: Pa ACABá con lah milikchiaph avícolah, lah acorasadah harán la formasión tortuga y protegerán a lah pirotécnica que irán dentro. Disponemo de 5 acorasadas por cada pirotécnica, má o menoh -piaba con semblante calculador-. Por tanto, podríamoh formá unas... 16 "tortugas" de 15 acorazadas y 3 pirotécnicas por tortuga... Espías... ¿Cuántas milikchiaps avícolas habrá defendiendo el exterió?

-No más de una treintena. Eso seguro -expresó una espía...

-Ea. Entonse a una tortuga por cada 2 milikchiaps... Con eso habrá de sobra -a Pionio le cuadraba perfe-. Además en cuando prendan van a ardé como "arpa viea"...

-Acorazadas y pirotécnicas os toca cooperar. Podéis ir formanado los grupos ya -propuso CD...

-Ahora toca encargarse de los cazadores -arrulló Etzia mientras miraba a varias palomas-... Espías... ¿Cuáles son vuestras estimaciones al respecto?

-No más de 3 cazadores por flanco -respondió-. O sea, como máximo, máximo: 15 en total.

-Gracias compañera. A ver... A los cazadores los neutralizaremos en el flanco opuesto al que se encuentren los puntos de acceso al interior. La idea es alejarlos lo máximo posible para asegurar la entrada del resto de compañeras.

-Justo como arrulla Etzia -anunció de nuevo CD-. Y para reducir a los cazadores necesitaremos la ayuda nuestras fusileras y akupunktoras. Así pues, las fusileras deberán cegar con el chiropchikov a los cazadores para que las akupunktoras puedan inmovilizarlos por detrás. Apoyo mutuo. Simbiosis chimposiva. Llamadlo como os salga...

-Tranquilas que donde pongo el ojo... ¡Pongo la puta ñorda! -Exclamó eufórica una de las fusileras.

-Un par de pespuntes y esos hijoputas serán nuestros... ¡Será coser y cantar! -Arrulló una akupunktora.

-Cuando terminéis la limpieza exterior, adentro todas. Dejaremos algunas espías para que os indiquen por donde hay que entrar -nos hizo saber Checho.

-A las carniceras las quiero dentro -pió CD dirigiéndose hacia ellas-. Olvidaos de todo lo que pase fuera. Vuestra prioridad es colarse sanas y salvas... Ídem a las petarderas y a las tramperas. No tenemos ni pajolera idea de lo que nos aguarda cuando entremos, pero lo más seguro es que haya que chimponear a algunos humanos del servicio real.

-Ya te pío... Esperemos que no vayan armados -expresó con incertidumbre Etzia.

-No creo -le respondió Checho con absoluta indiferencia.

-Ya veremos... Hasta el momento es todo lo que sabemos. En función de lo que nos encontremos, volveremos a planificar... ¿Dónde está la radio? -CD preguntaba moviendo enérgicamente y buscándome.

-¡Aquí estoy! -Pié mientras me ponía a su lado.

-Compa, active el walki-talki si es tan amable... Necesito contactar con la Kolumna Solidaridad...

EN LA KOLUMNA SOLIDARIDAD...

Estábamos en la terraza de aquel Colegio Mayor Masculino al sur de la Moncloa. Aunque podíamos comunicarnos con la Kolumna Libertad mediante labores de mensajería tradicional, disponíamos de tecnología humana y... ¡qué cojones! Era muchísimo más cómodo y rápido.

Nuestra kolumna era la más pequeña de las tres, puesto que asumíamos menores riesgos que el resto. No obstante, esta circunstancia no significaba, ni de lejos, que debiéramos escatimar en los aspectos tácticos de los efectivos implicados en esta misión. Así pues, procedimos a dejar el mínimo número de factores a la arbitrariedad...

-La reunión tendrá lugar dentro de un rato en el Salón de Actos de este colegio segregador. Si miráis allá -pió Laia señalando hacia una salida del conducto de ventilación-, tenemos los puntos de entrada al objetivo. Es importante el factor sigilo, porque de él dependerá el factor sorpresa.

-Exacto. Y del factor sorpresa dependerá la letalidad de nuestro ataque y el éxito de nuestra misión -concretó Chaskos-... Espías: ¿Tenéis chiropeados los planos del respiradero?

-¡Al detalle Subcomandante! -Confirmó una-. Tenemos señalados todos los obstáculos hasta llegar al punto fijado en el Salón.

-Excelente trabajo... ¡Pirotécnicas! ¡Acorazadas! ¿Cuál es vuestro trabajo? -Preguntó nuestro Subcomandante.

-¡Aplicar fuego en los puntos débiles de las rejillas que nos impidan avanzar, subcomandante! -Pió la pirotécnica.

-¡Embestir con fuerza las rejillas debilitadas por el fuego, subcomandante! -Pió la acorazada.

-¡Maravilloso compañeras! -Chaskos se congratulaba.

-Bien aprendido... ¡Tramperas! ¡Petarderas! ¿Cuál es vuestra labor cuando estéis en el salón? -Preguntó Laia.

-Ratonera a la señal... Quiero piar: Bloquear salidas a destajo -replicó al insante una trampera-. Una vez conseguido este propósito, pasamos a inmovilizar humanos.

-Arrojar cargas en las puertas de salida para dificultar la huída de los humanos y facilitar al mismo tiempo el trabajo de bloqueo de las tramperas -La petardera soltó aquello del tirie.

-¡En efecto compañeras! Lección aprendida sobresalientemente -felicitó Chaskos-. Veamos... ¡Fusileras, akupunktoras y carniceras! ¿Cuál es vuestro oficio?

-¡Mierda al ojo subcomandante!

-¿Y?

-Picotazos o cualquier otra garriobra que impida o limite la visión del humano objetivo -Aquella fusilera controlaba.

-¡De puto manual! -Chaskos flipaba- Akupunktora...

-Inmovilizar la musculatura humana. La del tren inferior tendrá prioridad sobre la del superior -La akupunktora también estaba lista.

-¡Excelente! -Arrulló la sobreexcitada de Laia-. ¿Carniceras?...

-Muerte rápida. Nada de juegos. Además chimponear a los humanos que hayan sido previamente inmovilizados por akupunktoras o tramperas y a los que hayan sido lesionados por las demás compañeras...

-Todo en orden... Por favor: No olvidéis que, aunque a priori se encuentren indefensos, son cientos a los que chimponear y existen altas probabilidades de que algunos escapen. La rapidez es esencial -concluyó Chaskos-.

-Exacto, compas. Esto es una jodida blitzkrieg solidaria... ¡La victoria será nuestra! -Arrulló Laia.

Todas enardecieron de júbilo al oír estas últimas palabras. Ya sólo quedaba esperar a que las espías nos confirmaran que todos los integrantes de la CEOE estaban inmersos en el aprendizaje de técnicas avanzadas de explotación laboral humana y daríamos inicio a la operación. Mientras esto ocurría, las compañeras piaban entre sí, revisaban sus equipos y tomaban distendidamente una buena dosis de Molondrina C. Especialmente las fusileras. Laia venía hacia mí...

-Compañera: Necesito informar a las kolumnas. Prepare el walki-talki para la comunicación, por favor...

EN LA KOLUMNA LIBERTAD...

Según las espías, hacía exactamente una hora desde que nuestro queridísimo Marrano Destroy saludó sumisamente al último presidente de los países invitados: Euromania. Siendo sincero, no recordaba bien cómo diantres se llamaba el humanillo este... Pánfila Mierden o algo así. Lo que importaba es que toda la kolumna sabía que era uno de los nueve objetivos a los que había que dar matarile. Así que bajo las directrices de nuestras espías y como se acordó en el plan, íbamos a entrar por las ventanas. Yo iba en el primer turno y cuando faltaban unas alas de distancia para llegar a la ventana, veo a un humano con vestimenta oscura sentado sobre una silla de chiropeo blanca...

-Pssst... pssst... Fermina -le arrullé piando por la vagina-. ¿Hay un humano o son visiones?

-Sí sí, Agapito. Desde aquí le veo la cabeza... ¿Irá armado?

-Ni idea, Fermina -contesté a la vez que me encogía las alas-... Psst... Carnicera.

-Pía...

-Entra tú sola como si te hubieras despitado. Oculta tus cuchillas, acércate a su cuello y tajo certero -le propuse-. Las demás: Entramos a saco al primer corte, ¿entendido?

La paloma carnicera se metió en el papel. Entró aparatosamente en aquella habitación pequeña, como desorientada. El humano esbozó una sonrisa de inocencia, ajeno a lo que le iba a suceder y... ¡CHÁS! No le dio tiempo a cambiar ni el semblante cuando ya estaba sepultado bajo nuestra cólera salvaje. Lo más que consiguió, fue emitir un tenue chillido antes de que su tráquea fuera limpiamente sesgada y comenzara a hacer gárgaras con su propia sangre.

Aseguramos la zona e inspeccionamos el cuerpo recién chimponeado. Aquel humano portaba un artefacto que le cubría los ojos. Una especie de escudos que le protegían de la mierda de las fusileras. Seguimos echándole un ojo y fipchiamos unas letras y un símbolo en su oscura vestimenta. Una de nuestras compañeras espías pareció percatarse de algo...

-Es una milikchiap humana de los Estados Podridos...

-F...B...I. ¿FBI? ¿Qué cuernos es FBI? -Pregunté con una expresión de lo más kafkiana.

-A saber, primo. Lo que os puedo piar es que hay que estar atentas. Mira lo que llevan -pió señalando el arma que ese fiambre portaba.

-¿Estamos todas? -Preguntó Fermina mirando alrededor y conteando-. Bien... Abramos esa puerta...

Fuimos el primer grupo en llegar al pasillo. Al salir, se podía escuchar dos puertas siendo aporreadas desde el interior y a un humano trajeado aproximándose a la más lejana de nuestra posición. Nada más abrir la puerta, el humano fue golpeado y chimponeado por otro medio centenar de agresivas palomas. La puerta restante consiguió abrirse gracias a un coordinado ariete de las palomas acorazadas.

La constante y ordenada entrada de compañeras al interior de Moncloa se completó en unos 10 minutos. Por supuesto, ese tiempo fue aprovechado por las tramperas para cablear y maravillarnos con una bonita tela de araña en sendos accesos a la planta inferior. El diseño estructural de esta construcción dificultaba enormemente el traspaso de humanos y apenas interfería en el nuestro. Ambas telas se remataron con una trampa retardante a ras de suelo. Que consistía en un cable dispuesto a baja altura y conectado a una granada de humo o un bote de gas lacrimógeno. La verdad es que no sé si colocaron una cosa u otra, pero la función era ganar más tiempo desorientándolos.

Con la entrada asegurada y las trampas en su sitio, la kolumna se dividió en dos subkolumnas para así despejar la segunda planta cuanto antes. El protocolo de eliminación en espacios cerrados y reducidos era el siguiente:

1) Probar si accionando el picapoprte, la puesta se abría...

Afirmativo: Entrar a jierro.

Negativo: Paso 2.

2) Golpear suavemente la puerta y esperar si algún humano la abría desde dentro...

Afirmativo: Entrar a jierro.

Negativo: Paso 3.

3) Intervención de alguna espía con el alambre especial de Pionio y comprobar si la puerta se abre...

Afirmativo: Entrar a jierro.

Negativo: Paso 4.

4) Intervención de las acorazadas y de la técnica del ariete y comprobar si la puerta se abre...

Afirmativo: Entrar a jierro.

Negativo: Volar la cerradura y ariete.

Con algún que otro contratiempo y bajas entre nuestras filas, conseguimos despejar completamente la planta superior sin ser detectados. O eso creíamos...

-Pues ya está -arrullaba Chiurruti con estoica entonación y cubierto de sangre-. Ahora toca bajar... ¿Lo hacemos todos a una o seguimos en dos equipos?

-Yo optaría por lo second -opinó Spencer-. La kolumna está casi intacta...

-Vamos a tomarnos un tiempo para decidirlo -les invité a todas-. Antes de nada me gustaría saber cómo les va a las otras kolumnas... ¡Radio!

-¡Aquí estoy, Agapito! -Arrulló emergiendo de entre la multitud-... ¿Walki-talki?

-Bingo...

EN LA KOLUMNA IGUALDAD...

Y con el plan suficientemente expuesto "los peones" nos pusimos en marcha. Las acorazadas y las pirotécnicas formaron las tortugas y fueron a la caza y captura de las milikchiaps avícolas. Por su parte, fusileras y akupunktoras hicieron lo mismo con los humanos cazadores. Aprovechando el kaos que se iba a desatar en breves, el resto de la kolumna se introduciría por las ventanas de la planta baja de la Zarzuela.

Violado el espacio aéreo por unas cuantas alas, las milikchiaps avícolas detectaron pequeñas agrupaciones de suculentas e indefensas palomas... Mis cojones. Se las prometían muy felices esas bastardas hasta que en su primer ataque en picado probaron nuestra verdadera fuerza...

-¡Venga ahora hijaputa! ¡Ataca si tienes huevos o lo que tengas! -Chillaba una acorazada-. ¡Ándate con cuidado! Que gluchopeamos alambre de espinas y chiropeamos Napalm...

-¡Y podemos dejarte como un jodido pollo frito de Kentucky! -Le arrullaba una pirotécnica mientra aplicaba fuego a sus plumas como una puta loca.

Cualquier otra milikchiap hubiera desistido ante nuestra superioridad táctica, pero estas eran milikchiaps reales: El orgullo de toda la Nazión... Tenían cojones y eso era incuestionable. Sin embargo, también tenían unas plumas altamente inflamables y el menor contacto con una fuente de calor durante más de un ínfimo segundo, las convertía en milikchiaps molotov. Y pío esto porque al caer al suelo desprendían una llamarada parecida a la de vuestros famosos y homónimos cócteles al estallar. La batalla se saldó con todas las milikchiaps calcinadas y algo menos de la mitad de las acorazadas heridas levemente. Nada que nuestras valientes guerrilleras no pudieran soportar...

En el otro frente se escuchaba un frenesí de tiros procedentes de las armas chimponeadoras de los cazadores. A golpe de vista pude contar, al menos, una decena de nuestras fusileras casi desintegradas por ellas. No obstante, la situación parecía estar controlada. Entre los cazadores pude fipchiar a un lozano mozalbete portando su desbocada arma larga...

-¡Me muevo como una mariposa! -Arullaba una fusilera en tono burlón mientras hacía movimientos evasivos y disparaba su chiropchikov-. (RATATATÁ)... ¡Y me cago como una mirla! (RATATATÁ)

Aquel humano en crecimiento estaba empezando a marearse a causa del intento de encañonar con su arma aquella grácil fusilera. Momentos después, el humano comenzó a sentir náuseas, bajó su arma apuntando al suelo y... ¡PO!... El muy desgraciao se voló el puto pie. Así tal cual. Quedó inutilizado él solito... Sin agujas ni hostias. Por curiosidad, y por morbo, me acerqué a ese jodido demente y pude fipchiar que tenía una vestimenta muy elegante en la que había chiropeado: "Entripesán Freudlán de todos los Narcos"... El resto de cazadores quedaron inutilizados al rato de este suceso. No sin haberse llevado por delante a más de una veintena de compañeras fusileras consigo.

Lamentando la pérdida de las palomas caídas entro por una de las ventanas y fipchio a toda mi kolumna en una sala atestada de instrumentos metálicos y de gluchop para humanos. Sin duda debía tratarse de una "cocina". Las carniceras se habían chimponeado en un plis a 5 empleados del servivio de cocina. CD estaba a punto de soltarme algo...

-Te mola el riesgo, ¿eh? -Me piaba con cara de cabrona.

-Es que esto del chittyzity... Ya sabes, es nuevo para mí. Me atrae toda esta mierda -pié en mi defensa-...

-Te podían haber mandao a tomar por culo. Los cazadores, me refiero -rapapolvo paternal de Checho...

-Bueno yastá, no chipchipearse con eso... Aquí está ya y con esto hay quearse -Pionio pareció empatizar...

-Pues estamos dentro... ¿Y ahora qué? -Preguntó Etzia en nombre de toda la kolumna.

CD se quedó un rato fipchiando el gluchop humano ya peparado para servir. Había una gran bandeja metálica cubierta con otra cosa metálica de forma semiesférica. La destapó y encontramos un cacho pavo recién horneado. Al pavo lo rodeaban otras aves más pequeñas e irreconocibles, en ese estado... Puede que se tratara de codornices, perdices o algo así. También había verduras recubriendo todos los posibles huecos que aquellas aves podían dejar en la superficie de la bandeja...

-Compañeras -pió una espía mientras fipchiaba una pequeña nota adherida a aquella semiesfera metálica-, aquí pone: "Almuerzo para sus Majestades Los Reyes de España":

Ración para S.M. El Rey. (Entripe VI):

½ del pavo, 3 perdices, 1 picaillo de tomate, 50 cl de SchöfferHoffer y 1 yogur desnatado.

Ración para S.M. La Reina. (Clamídea Spiz):

La verdura que deje el Rey, 25 cl de agua y 2 lonchas.

Ración para la princesa de Bandurrias (Queodor):

¼ del pavo, 1 perdiz, 1 compota y 1 chupiflás.

Ración para su antigua majestad Trans Jarcor I:

¼ del pavo, 3 perdices, 100 gr. De zanahoria morá de Cuevas y 1 botella de anís del mono.

Ración para su antigua majestad Nofía: Está de reunión. Hoy no come.

-¡Vayaaa sanaoria morá de Cuevas y tó! ¡Cómo se sasian estos hios de la grandísima puta! -Rabió Pionio-. Bueno, menos la Clamídea esa... En verdad tiene que sé buena ente y tó... jaja

-¿Qué es esto? -Preguntó Etzia a los compas.

-Parece un elevador para el gluchop -arrulló una espía-. Llevará a la planta superior, supongo...

-¡Pues claro! -CD pareció iluminarse con una de sus ideas-. ¡Podría funcionar! ¡Iremos directamente a ellos sin problema! Prestad atención... Realizaremos una técnica de infiltración llamada: "El Pavo de Tralla".

-¿El pavo de tralla, pias? ¿En qué coño estás pensando, CD? -Checho la miraba con la misma cara con la que miras a alguien que tiene problemas mentales.

-Si os fijáis en el cacho pavo este -CD comenzó a garripularlo-, está hueco por dentro -se metió dentro de él-. ¡Y caben por lo menos tres más! -Pió con cierta reverberación producida por las paredes internas del pavo.

-¡Hostia! -Exclamó Pionio fipchiando por el ojete del pavo a CD-... ¡Bien pensao!

-Lo más adecuado sería meter a 4 carniceras en el pavo... Nosotras podíamos arreglar estas perdices haciendo unos cortes aquí y aquí para cubrirnos con ellas -Etzia parecía verlo todo con claridad...

Para que entendáis mejor las pretensiones de Etzia, ella quería transformar las perdices en una especie de "trampilla" para meterse dentro y camuflarse con las verduras, también. Si conocéis algo sobre el Vietcong, sabréis de qué pío. Así pues, calculamos que en el pavo podían ir 4 carniceras y cada una de las 7 perdices podría albergar a una de nuestras palomas, de modo que una kuadrilla de 11 palomas se las vería cara a cara con la monarquía española. Era plausible que 11 palomas os libraran de vuestra monarquía parasitaria... De nada.

-¿Qué sucederá con el resto de la kolumna? -Checho quería una respuesta de CD.

-Una vez el pavo de tralla suba por esa máquina elevadora, esperarán aquí unos 20 minutos. Si pasado este tiempo no regresamos, que suban y arrasen con todo lo que vean... ¡Radio! ¿Dónde andas? -Me acerco a CD-. Prepara el walki-talki. Quiero estar al corriente de la situación en las otras kolumnas...

EN LA KOLUMNA SOLIDARIDAD...

Pirotécnicas y Acorazadas cooperaban para ir derribando aquellas barricadas metálicas a través de aquel respiradero. Las espías por su parte nos indicaban hacia dónde ir. Ya se escuchaba una voz humana amplificada electrónicamente. Buena señal: La reunión estaba desrrollándose con normalidad. En unos pocos minutos en los que se hizo algún que otro ruido posiblemente perceptible, llegamos a la rejilla que se encontraba en el centro de aquel Salón de Actos.

La técnica del traspaso de rejillas por calor y ariete ya no era válida. Si se cargaba contra ella, la rejilla caería al vacío y seríamos inmediatamente detectadas. Había que intercambiar el trabajo de empuje de las acorazadas por el de tracción con cables de las tramperas. Así, la rejilla sería extraída hacia adentro y conservaríamos el factor sorpresa. Un poco de calor aquí y allí, tirar de cables controlando la fuerza y... ¡CLANK! Vía libre...

-Vamos, id saliendo de una en una y tomad la posición que os corresponda -nos sugirió Chaskos.

-Nos ocultaremos bajo los asientos del público -arrullaba Laia en tono bajísimo-. Tramperas y petarderas se colocarán bajo aquellos más cercanos a puertas de salida. Espías y pirotécnicas que se escondan en alto tras las cortinas o cualquier otro elemento del salón. Carniceras, akupunktoras y fusileras que se coloquen bajo los asientos de la zona central... Una petardera debe quedarse aquí para iniciar la operación y asegurar la huída de la kolumna. A la señal, detonará un caramelazo y el Ibex 35 abrirá mañana con todos sus números en rojo... de la sucia sangre de estas miserables garrapatas.

-¡Amén a eso! Si estos cabrones no quieren que su capital fluya hacia abajo... Nosotras nos encargaremos de que al menos fluya su sangre...

Como uno de vuestros grifos mal cerrados, paloma tras paloma iba tomando su posición. Lo que se volvió francamente tedioso. En vista del ratazo que esto iba a llevar, el subcomandante Chaskos solicitó mi presencia...

-Radio, active el walki-talki -lo hago-. Esta faena llevará su tiempo... Voy a aprovechar ahora para informarme de la situación de mis compas...

EN LA KOLUMNA LIBERTAD...

Hubo división de opiniones con respecto a realizar un ataque único y contudente o bien hacer un ataque diversificado y ágil. Tras deliberar un buen rato, optamos por lo primero.

-Vayamos todas a una -Chiurruti estaba impaciente-. Pero antes, que alguna petardera lance un caramelazo por el otro acceso a la planta baja. Así focalizamos la atención en este punto y los pillamos por la retaguardia...

-Good idea compa! -Spencer hizo una señal a una petardera y ésta fue...

CHSSST... ¡¡BOOOM!! Y saltaron todas las alarmas...

-Esperad un poco y... ¡Ahora!

Casi 800 palomas se lanzaron en tropel sobre algo más de una veintena de humanos armados... La tormenta libertaria había estallado. Un aluvión de sangre, plumas, mierda y fuego acaparaba toda la escena... (¡PO! ¡PO! ¡PO! ¡RATATATATÁ! ¡CHÁS CHÁS CHÁS!).

Recibí salpicaduras de sangre y mierda por doquier, llamaradas en la jeta y cortes en la espalda. Si no fuera por las 6 o 7 acorazadas que me escoltaban en todo momento estaría desintegrado allí mismo.

Resistimos como pudimos a la primera oleada de humanos, pero sin tiempo para reagruparnos, se escuchaban pisadas de nuevos cabrones acercándose al lugar...

-¡Vienen más! ¡Hay que resistir! -Arrulló Fermina con la intención de motivar.

-Fireee!! -Spencer y sus pirotécnicas prendían todo lo que veían.

De nuevo granizaba destrucción. Todo el orden y la disciplina quedaron a un lado y afloraron los más profundos sentimientos de ira homicida. Ya no había formaciones, ni ataques coordinados ni nada mínimamente militar en nuestra kolumna... ¡¡CHÁS CHÁS!! ¡¡PO PO!! Una sinfonía de muerte en forma de canon alternada con voces humanas y arrullos aliados.

Con gran esfuerzo, pudimos repeler el segundo ataque. La pila de cadáveres desparramada por aquel espacio tan limitado era descomunal. Aún se podían escuchar humanos y palomas agonizando. Entre ellas se encontraba el bueno de Chiurruti...

-¡Chiurruti!... ¿Cómo te encuentras?

-Jodido, Agapito... ¡cof, cof! -Se le veía una herida muy fea y las alas parcialmentes quemadas-. Este es el final ¡cof! -Arrulló débilmente y esputando sangre.

-¡No arrulles gilipolleces! Ahora vienen a atenderte...

-Os podéis ir a tomar por culo... Voy a chimponear en paz y por la Libertad ¡cof! Una lástima no haber podido ajustar las cuentas a esos tiranos... Para eso estáis ustedes ¡cof!... Vete Agapito... Sólo se muere una vez. Déjame que lo disfrute.

Y así se despidió, aún vivo. Con una sonrisa.Un placer haber luchado contigo. Iremos hasta el final. Te lo prometo...

El orden volvió de nuevo a nuestras filas. Era cuestión de tiempo que nuevos grupos humanos volvieran para chimponearnos. Cada segundo corría en nuestra contra. En consecuencia, dividimos de nuevo la mermada kolumna para hacer la ratonera a los líderes y arrebatarles sus miserables vidas. Siguiendo el mismo procedimiento de limpieza de la segunda planta, conseguimos asegurarla momentáneamente. Nos libramos de unos cuantos humanos más, que por miedo se ocultaron. Pero de los objetivos a chimponear, ni rastro.

Una espía ubicada en una ventana nos avisó de la presencia de un enorme dispositivo de humanos armados hasta las cejas en el exterior. Iban a entrar de un momento a otro y nosotras aquí, con la frustación propagándose, cuando otra espía nos avisó...

-¡Compañeras! ¡Venid echando hostias aquí! Hay algo extraño en esta sala... ¡Rápido! -Todas fuimos hacia allí como un cohetillo de Pionio...

-¿Qué ocurre? ¿Qué pasa ¿Dónde están? -Honestamente, estaba ansioso por ver a esos cabrones.

-Oí algunos ruidos detrás de esta cosa -arrulló nuestra espía refiriéndose a una estantería de gran altura-. Podría estar ocultando a los humanos que buscamos...

-¡Tramperas! ¡Fijad unos cables a esto ya! Vamos a derribarla...

Sin un segundo que perder, derribamos aquella estantería y el estruendo que ésta produjo al caer provocó un tenue y agudo gritillo de espanto. Seguido de las onomatopeyas que utilizáis para mandar callar a alguien. En efecto, allí habían humanos tras esa puerta ahora descubierta...

-Esta puerta es especial -arrulló una acorazada al mismo tiempo que la probaba con unos golpes-. No vamos a poder cogerlos con lo que llevamos...

-Hemos llegado hasta aquí para ACABar la misión y lo vamos a hacer -pié con convicción-... ¡Pirotécnicas! Id prendiendo toda esta sala y cuando terminéis con ella, todo lo demás.

-¡Vamos allá! -Y las pirotécnicas se pusieron a ello.

-Trampera: Bolquead esta puerta con todo el cable que tengáis. Ya no van a poder salir -evidemente había que dar órdenes en el menor tiempo posible-... Fusileras: Sacad vuestros fusiles del culo, ¡rápido! -Lo hicieron-. Carniceras: Rajad hasta la mitad los chiropchikov. No hay tiempo que perder -Los rajaron-. Petarderas: Es hora de usar todas las bengalas que llevéis... ¡Todas sin excepción! Prendedlas, introducidlas en los chiropchikov rajados con la llama hacia adentro y colocad el extremo por donde salga el humo en la rejila que hay bajo esa puerta: Vamos a gasearlos -se pusieron a ello-. El resto: Entraremos por este conducto de ventilación con las bengalas que os hayan sobrado -señalé a una rejilla por donde acceder justo al conducto del techo-, las prenderemos justo en la rejilla que da a su cámara y después taponaremos el conducto a ambos lados de esa rejilla con todo lo que podamos. Así, el humo del conducto sólo podrá ir hacia su habitáculo y serán gaseados desde arriba y abajo. Esa es la idea...

-¡Atención compas! ¡Los humanos armados de fuera se están preparando para entrar! -Avisó la espía de la ventana.

Las tramperas fueron como un tiro a bloquear las posibles entradas, las petarderas lanzarían todo su equipo sobre ellos para simular disparos y retener así a los humanos que nos iban a asaltar. Había que robarles tiempo para que el humo penetrara en el interior de aquella "habitación del pánico".

Con la Kolumna Libertad reducida a algo más de la mitad, era la hora de defender la Moncloa con garras y pico (ironías de la vida), pero es lo que realmente ocurría. A nuestro favor, teníamos la sala casi consumida por las llamas y desprendiendo un humo que ya empezaba a nublarlo todo. Las pirotécnicas quemaban indiscriminadamente cualquier objeto que pudieran fipchiar entre la creciente niebla. El resto de palomas estaban desperdigadas alrededor de las puertas esperando el inicio de la reyerta. Unos cuantos golpes y la primera puerta se abrió violentamente dando paso a las hostiles y recíprocas agresiones entre humanos y aves. Una bala me silbó "chimpón" directamente en el oído. Mi primo consiguió inmovilizar a un par de humanos con sus cables, pero aún así nos ganaban terreno y nos hacían retroceder más de lo que nos gustaría... Aquello era un fregao de proporciones bélicas y nos estaban masacrando.

Por suerte, el humo se propagaba rapidísimo y tras unos interminables 7-8 minutos de resistencia les estaba empezando a mellar. Aquello nos concedió una bendita tregua, ya que tuvieron que evacuar aquel infierno por problemas respiratorios...

-¡De puta madre! Resistimos, de momento -arrulló Fermina aliviada...

-¡Sí joder! Mantengámonos cerca de las ventanas. Son nuestra salvación -grazné a las guerrilleras que aún volaban cerca.

-¿Cómo le irá a los humanos encerrados? -Fermina deseaba verlos morir a toda costa.

-Dependiendo del volumen de la cámara donde se han encerrado pueden llevar un rato gaseados o pueden seguir vivos... Como el gato de Schrödinger -le pié recordando aquella famosa teoría...

-¿El gato de quién?

En ese preciso instante apareció una compañera espía completamente ennegrecida a causa del humo propagado por todo lo que quedaba de Moncloa.

-¡Compañeraaas! -Pió entre toses y escupitajos.

-¿Dónde están las demás compañeras? ¿Hay alguna Radio por aquí? -Pregunté a quien quiera que estuviera escuchándome.

-Me temo que hemos perdido toda conexión con las otras kolumnas... ¡Viene otra puta oleada de humanos! -La espía trayendo buenas noticias, pa variar.

-¡Joooder!... ¡¿Otra más?! -Fermina estaba en las últimas.

-Sí, sí... Pero estos parecen distintos. Estos vienen rociando agua para apagarnos las llamas...

-Buenas noticias, por fin -arrullé-. Todas este humo les dará un montón de trabajo antes de llegar a nuestra "cámara de gas"...

-Aquí no estamos seguras. Seguidme...

Nuestra compañera espía nos guió hasta un espacio donde, curiosamente, no existía ni el menor rastro de combustión. Se trataba de un sitio para preparar gluchop humano (cocina). Al entrar, Spencer y algunas compañeras se encontraban ajenas a todo lo ocurrido y preocupantemente tranquilas. Al fipchiar una compañera radio, me olvidé de todo y le pedí comunicación por walki-talki... No funcionaba. Spencer estaba ultrarelajado cuando me miró y me pió...

-Márchate Agapito... Alguien tiene que piar what we achieved.

-Vete a la mierda -no estaba pa gilipolleces-... ¿Ahora me vienes con esas?

-Si te quedas, morirás. Please, Agapito, vete. Esto de aquí lo hará toco añicos -arrulló dando una patada a una colosal bombona de gas inflamable-. Cuando los vea asomar por esa puerta... The End, finish, bye... ¡Debes irte! Fermina, tú también.

-Como quieras -a Fermina le pareció bien-. Creo que sería lo mejor para todas, quiero piar, entiendo que te sacrifiques tú, Spencer. Sin embargo, quedarnos aquí y hacer 3 mártires en lugar de sólo uno es un poco absurdo. Yo vuelvo a la base, Agapito...

-Visto así tienes razón, Fermina. Volvamos a la base. A ver cómo les ha ido a las demás kolumnas...

-¡¡El walki-talki funciona!! -Pío emocionada la paloma radio-... Aquí Libertad... Igualdad... ¿Me reciben? Parece que sí. ¡Tenemos comunicación!

-Genial. Salgamos de aquí y busquemos un sitio seguro donde podamos contactar sin problemas. Deja la radio activada, no vaya a ser que la transmisión vuelva a caer.

Buscamos la primera ventana por donde salir y Fermina, la compa de la radio y yo echamos a volar lejos de allí en busca de una zona segura. La paloma radio seguía intentando comunicarse con las kolumnas.

-Kolumna Igualdad, ¿me reciben? ¿Todo en orden?... Pero que coj... ¡¡¡Milikchiaaaaaap!!! ¡Cuida...

EN LA KOLUMNA IGUALDAD...

¿Libertad? Libertad, aquí Igualdad... ¿Me reciben? Parece que no. Espero que se restablezca la comunicación...

La operación: "El Pavo de Tralla" estaba lista. A la querida Familia Real le esperaba un indigesto almuerzo. Una espía nos indicó que había una especie de walki-talki incrustado a un lado de la entrada de aquel elevador de comida y que disponía de un interruptor para activar/desactivar su mecanismo de ascenso/descenso. Como la única puerta que comunicaba a esta cocina con el resto del interior del Palacio estaba cerrada a cal y canto, no quedaba otra opción que mandar el menú real por aquella vía. Con todo perfectamente presentado, esperamos un poco y... (MEEK)... Una voz humana salió de aquel aparato solicitando, o eso supusimos, que le subieran el menú. Así que colocamos la carretilla con la bandeja en aquella plataforma elevadora y... (CLICK)... subiendo...

-A partir de ahora somos cadáveres. Ni un solo arrullo o movimiento hasta que destapen esta cúpula -tras estas palabras de CD, no se oyó nada.

El ascenso se detuvo y tras unos segundos de incertidumbre, la carretilla arrancaba hacia la mesa de los reputados comensales. Una relajante vibración y los constantes tintineos de la bebida de alta gama nos estaban avisando de la llegada de nuestro glorioso momento y de su fatídico desenlace. Inesperadamente, aquel carro paró en seco. Pudimos oír un escueto intercambio de palabras humanas y la marcha volvió a reanudarse durante un breve intervalo de tiempo más para volver a deternerse. Por lo visto, el dichoso protocolo exigía otro intercambio de palabras. Después de unos segundos de silencio sepulcral, notamos que una fuerza externa elevaba nuestra bandeja para, justo después, volver a descender y a estabilizarse...

-Aguantad un poco. Esperaremos a que toquen cualquier cosa de la bandeja -nos susurró de nuevo CD-.

La bandeja se destapó y volvieron las voces. Parecía que estuvieran hablando del menú a juzgar por la extensión de la comunicación. Cuando los humanos terminaron de hablar, oímos un portazo que nos puso como los felinos al acecho. Era en cuestión de segundos hasta que su carísima cubertería de plata tocara nuestra bandeja. Como si de una puta trampa se tratara, la tocaron y...

-¡Ahooooora! -Graznó una colérica carnicera.

-¡Ja me maten hiolagrandísimaputa! -Arrulló el valiente de Pionio.

-¡Es jaque mate! -Le corrigió CD-. ¡Que no escapeeen!

-¡Para mí el humano huesudo! -Se apresuró a piar Checho...

Aquel cabrón del rey se zafó del ataque sorpresa de la carnicera con una buena oblea a manaza abierta, no así del ataque de Etzia, quien le arrojó una de sus agujas directamente a la pupila y lo dejó gritando como un cerdo cuando ve un resplandeciente cuchillo jamonero acercándose. En el otro follón, el humano huesudo estaba recibiendo un tratamiento de cutis por parte de Checho y sus garras americanas. CD con su cacho pico le exfoleaba la jeta de lo lindo. Pionio, el muy malahe, introdujo unos de sus caramelitos por el cuello de la camisilla de Queodor, éste estalló a la altura de su vientre y al llevarse las manos allí, Pionio aprovechó la guardia baja para encasquetarle un caramelazo en el pelo circundante a una de sus orejas... ¡¡BIIIM!! Y aquel lóbulo se independizó antidemocráticamente del resto de su cuerpo.

Entripe VI tenía los antebrazos y el dorso de las manos seriamente magullados. Se protegía la cara y el cuello de forma jodidamente habilidosa y no cedía a las carniceras ni un puto hueco letal por donde cogerlo. Checho y CD seguían propinando un masaje a los angulosos pómulos del humano huesudo y Pionio se pasó a las bengalas esta vez. El muy hijoputa encendió una y se la metió a Queodor por el dobladillo de un calcetín. Mientras la cría humana se la intentaba sacar, le colocó otro caramelazo sobre la otra oreja y... ¡¡BAAAM!!... Secesión del otro lóbulo. CD, al ver aquella cría con un look más aviar (sin lóbulos, como nosotros), decidió subir el nivel con un picotazo al ojo de su huesuda víctima y... ¡GLOP! Se quedó con un globo ocular de recuerdo. Checho no iba a ser menos. Al ver que el listón subía, cambió el oficio. Pasó de masajista a dentista y extraía los dientes de aquel humano a porrazos que daba gusto, sin químicos ni opiáceos. A hostia viva. Cuando llegaba lo bueno, Etzia, cual arbitro de chittyzity deportivo, señaló el "final del partido" y reclamó nuestra atención antes de ir a más...

-¡Basta ya! -Graznó mientras inmovilizaba a Entripe VI-. ¡Lo dejamos aquí! -Exclamó yendo hacia Clamídea para inmovilizarla también.

-¿Qué? ¿He oído bien? -Preguntó Pionio sosteniendo una oreja de Queodor y haciendo el gesto de escuchar.

-Sí compañero -arrulló Etzia a la vez que inmovilizaba a Queodor.

-Esto es totalmente irracional, Etzia -contestó CD-. ¿Ahora quieres parar? Después de todo lo que hemos pasado... ¡¿Nos pides parar?!

-Puedes irte si te apetece, Etzia. Pero vamos a terminar el trabajo -a Checho se la soplaba lo que pió Etzia...

-Creo que no me habéis entendido... No voy por ahí. Quiero jugar a un juego. Un excitante y azaroso juego de venganza -concretó con maldad y recabando el interés de las demás.

-¿Un juego, pías? -Replicó la carnicera-. Pero... ¿Los chimponeamos entonces o no?

-Eso dependerá del destino y, en menor grado, de la pericia de los humanos que curran en los chupuks sanitarios...

La perraka de Baraka nos tenía a todas bien intrigadas. Más aún cunado la vimos exigir a una compañera carnicera que le rajara un poco en una de sus piernas. Después de hacerlo, pidió a las demás carniceras que despojaran de ropa un brazo en cada uno de los humanos y los dejara al descubierto hasta la altura de sus respectivos hombros.

-Os propongo jugar con estos humanos a: "La ruleta yonki". Tomad mis agujas -Etzia comenzó a repartirlas entre nosotras.

-¿Ruleta yonki? -Preguntó con CD interés.

-Sí señora. Os pediría que os cortéis un poco, como yo. Vamos a jugar con nuestra propia sangre...

Y Etzia se hizo un pequeño corte buscando su corrosiva sangre. A esto le siguieron las demás compañeras...

-Ya está... ¿Y ahora? -Preguntó Checho, que fue el último en hacerlo.

-Todas estas agujas provienen de jeringuillas ya utilizadas en otros humanos. Por tanto, todas las patologías que ellos tuvieran se encuentran latentes en ellas. Están esperando nuevos huéspedes que okupar -arrulló Etzia con tono de científica.

-¡Aaah! Recuerdo que lo arrullaste un día, sí -contestó CD viendo ya por dónde iban a ir los tiros...

-Así es, CD. Pues bien, a lo que voy... No sé si tenéis una idea de lo que las palomas como nosotras representamos para estos seres: "Escoria voladora". Lo más insalubre y despreciable de sus ciudades junto con las compañeras ratas y sus congéneres los "yonkis".

-¡Gran verdad! ¡PLÁS! -Checho propinó otra galleta en la cara de aquel humano huesudo.

-Si sus rumores son ciertos, nuestra sangre debe portar decenas de patologías. Por favor, impregnad con ella las agujas que os he dado y cuando terminéis dejadlas todas aquí que yo me encargaré del resto...

Todas nos pusimos a cumplir su petición. CD fue la primera en impregnar con su sangre las agujas, las entregó a Etzia y se puso a revolotear por aquella sala hasta detenerse en una especie de tablilla sobre la que habían dispuestas unas cosas del tamaño de los caramelazos de Pionio. Allí se detuvo a examinar lo que parecían unas figurillas.

En menos de un minuto, todas las agujas ensangrentadas fueron entregadas a Etzia. Tal y como nos pidió. Nada más entregarlas, Etzia prosiguió con la didáctica de su chiaptánico juego...

-Voy a clavar 6 de estas agujas en cada brazo desnudo, uno por humano -anunció mientras se preparaba-. Trampera: Necesito tu ayuda para que me cortes el riego sanguíneo de estos brazos con tu cable. Yo te aviso, ¿vale?

El juego de la ruleta se estaba llevando a cabo y el resto inspeccionábamos los llamativos elementos que decoraban aquella lujosa sala. Había una cabeza humana de piedra con algo chiropeado bajo ella: "Alea jacta est"... Mientras intentaba descifrar este extraño mensaje, Etzia nos informó de que su juego de la ruleta yonki había finalizado satisfactoriamente... Alea jacta est... ¿Qué carajo significaría aquello?

Con esta duda no resuelta, abandonamos la sala de los objetivos que habíamos venido a chimponear. Por el momento, en este país de ciegos, el tuerto de Entripe VI siguió siendo el Rey.

Se suponía que su antigua Majestad Trans Jarcor I debía de estar en alguna parte de este chupuk. El tiempo de espera de las demás compañeras pasó y nos encontramos con ellas justo al salir de la sala donde abandonamos a su suerte a la Familia Real...

-¿Cómo ha ido lo del pavo de tralla ese? ¿Los habéis encontrado? -Quiso saber una de las acorazadas.

-Aro que sí... Pero falta uno más. El más arrugao: Trans Jarcor, ese -arrulló Pionio con ademán de insatisfacción.

-Vamos a fipchiar minuciosamente cada rincón de este sitio hasta que lo encontremos -pió CD...

Comenzamos con su búsqueda y más pronto que tarde pudimos escuchar unos fanfárricos sonidos al otro lado de una puerta semioculta. Las espías la abrieron con su alambre especial y... ¡Eureka! Allí se hallaba el archiconocido Tans Jarcor tendido, relajado en un cómodo lecho y agitando vigorosamente su miembro viril con una de sus manos. Tenía su alcoba repleta de imágenes de otro famoso humano español. Un autoritario y genocida personaje histórico: "El caudillo Jalisco el Manco". En su caja de imágenes se podía percibir con claridad: "NO-DO" acompañado del sonido de esas fanfarrias que lo delataron. Estaba solo, con la chorra fuera y bajo dos pedazos de colmillos de elefante entrecuzados y fijados a la pared. Una espía subió el volumen de la caja hasta casi ensordecernos para segundos después llenarnos de orgullo y satisfacción al lincharlo allí mismo mientras el ininteligible discurso de Jalisco el Manco sonaba a todo trapo. No sabría deciros la causa, pero el caso es que la voz humana de Jalisco nos efurecía un montón y claro, la pagábamos con su admirador número uno. Al margen del baño de dolor y rabia que se estaba llevando, el cabrón pudo accionar un interruptor que hizo saltar la alarma en toda Zarzuela. Y eso fue lo último que pudo hacer...

-Se avecina jaleo... Será mejor que huyamos -sugirió una de nuestras espías.

-Los objetivos ya han sido neutralizados -arrulló Checho el satisfecho-... ¡Largémonos!

Justo al salir de aquella "sala real de agitaciones fálicas", nos encontramos con 5 humanos armados y protegidos integralmente. Sus armas tronaban a ráfagas y chimponeaban en masa a muchas de nosotras sin tiempo a reaccionar. Era un puto suicidio enfrentarse a ellos. Por tanto, nos vimos obligadas a parapetarnos tras la esquina de una pared. Al ponernos a cubierto, aquellos cabrones nos lanzaron una pelota metálica...

-¡Alehaos! -Graznó Pionio con toda su voz recogiéndola del suelo.

-¡Pionio nooo! -Arrulló CD, horrorizada mientras Pionio volaba hacia los humanos portando aquella cosa... ¡¡¡BOOOOM!!

Si la explosión se hubiese producido justo donde cayó esa maldita pelota, casi toda la kolumna estaría tiesa ahora. Fue la rápida intervención del compañero Pionio la que salvó centenares de vidas. Aún así, la explosión fue tal, que se llevó por delante a varias compañeras e hirió de gravedad a esos humanos que vinieron a cazarnos.

El efímero aturdimiento a causa de la explosión nos robó un valiosísimo tiempo de huída. Sin poder restablecernos del todo, llegaron dos nuevas kuadrillas de humanos letalmente equipados. Había que salir echando hostias de allí, pues aquellas ráfagas de la muerte mermaban drásticamente nuestros efectivos. Una compañera acorazada reventó en pedazos justo delante de mí. Las paredes recibían los impactos de aquellos invisibles proyectiles a velocidad centesimal y todo que se interpusiera en su trayectoria era atravesado sin la menor resistencia. La lluvia de compañeras muertas no cesaba en aquel claustrofóbico laberinto de pasillos.

-¡Por allí, compas! -Exclamó una espía esperanzada al ver un resplandeciente cristal.

-¡Acorazadas un último ariete! ¡Atravesemos esos cristales y volemos hacia la Libertad! -Arrulló con esperanza CD.

-¡Todas a la vez! -Ordenó Checho mientras se armaba el ariete: 3, 2, 1... ¡Golpead! ¡CRAAACK!

El cristal fue desintegrado y el escaso medio centenar de compañeras pudimos salir al exterior del Palacio.

Nos alejábamos del peligro entre disparos rumbo a la base, sin escala. Poco a poco los sonidos de disparos iban desapareciendo. La tranquilidad empezaba a volver a nuestra kolumna cuando... ¡BANG! Checho fue abatido por unos de los cazadores del exterior que había recuperado la movilidad de sus miembros gracias a la ayuda recibida. El compañero Checho nos dejó sin más.

Sin tiempo de lamentar nada entre nuevas ráfagas de ornitofobia por parte de los rehabilitados cazadores conseguimos, con gran esfuerzo, llegar a la terraza de nuestra base. Algo menos de 50 palomas sobrevivimos a la misión. La Kolumna Igualdad lo había logrado...

-Parece que estamos a salvo -me arrulló CD aliviada-. Uuuufff... Prepara el walki-talki, compañera: Vamos a comunicarnos con las kolumnas, a ver cómo les va...

-Hemos perdido la transmisión con la Kolumna Libertad... Sólo podemos contactar con la Kolumna Solidaridad, me temo...

-Comprobemos entonces la situación entre las compas de la Kolumna Solidaridad -me pidió la gran Etzia...

-¡Oído! Habilitando la transimisión por radio...

EN LA KOLUMNA SOLIDARIDAD...

Con más de la mitad de la kolumna en sus puestos, a una petardera se le cayó un caramelito mientras se dirigía a tomar su posición. Éste impactó en la crisma de un humano y provocó que alzara la vista al techo de la sala...

-Mierda -pió arrepentida del descuido...

-¡A tomar por culo la espera! -Exclamó Chaskos con impaciencia-. ¡Lanza un caramelazo que vamos ya!

Y la misma petardera que tuvo el descuido fue la encarga de dar el "caramelazo de salida chittyzitero"... PSSSSS... ¡¡BIM!! Y todas a la faena...

Las carniceras bajo los asientos cortaban los tendones y músculos que rodeaban los tobillos de los empresarios, las petarderas lanzando bengalas y petardos por doquier para tener bajo control al rebaño de millonarios, las fusileras añadiendo complejidad a la visión de aquello cerdos. Si ya era difícil percibir algo entre el humo de las bengalas y la gente corriendo despavorida de aquí para allá, imaginad con un tiro de mierda incrustado en plena córnea. Las akupunktoras iban neutralizando a los humanos despistados que se quedaban petrificados rezando a su Dios por conservar sus bienes y su vida. En ese orden. Las espías creyeron oportuno darle una vuelta de tuerca más al asunto y apagaron la mitad de las luces que iluminaba aquel salón. Las tramperas finiquitaron el cierre de las cuatro puertas de salida en menos de lo que uno de estos empresarios tardaría en largar a uno de sus trabajadores y en seguida se pusieron a tirar millas de cable haciendo trampas de derribo (a la altura de los tobillos) y de estrangulamiento (a la del cuello). A las pirotécnicas se las fipchiaba más felices que un pirómano en un chupuk de libros, pues el material de las cortinas y el acolchado de los asientos prendía de maravilla. El humo rojinegro producto de la quema de bengalas y de los asientos lo cubría todo e iba asfixiando a los empresarios que aún conservaran energía para seguir vagando por el salón.

A unas alas de mí se podía escuchar a Laia y al Subcomandante Chaskos en pleno chittyziteo. Los gritos de terror que provocaban entre sus víctimas eran sencillamente escalofriantes. Sin embargo, aquella homogénea humareda me impedía ver sus habilidades en este noble arte...

-¡Debemos salir! -Arrulló la compañera carnicera con la voz entrecortada-. El humo es insoportable... ¡cof! ¡Cof! Grrr... ¡Puaaag!

-¡Hay que retirarse ya! -Pío una fusilera tapándose el pico con un ala-. ¡Algunas compañeras están cayendo!

-¡Retiradaaaa! ¡Volvamos por el conducto! -Graznó Laia a toda voz-. ¡Petardera!... ¡Caramelitos localizadores!

Una petardera se quedó en el conducto junto a la rejilla de entrada al salón, prendió unos caramelitos que lanzó a su interior. Así, toda la desorientada kolumna podría volar hacia el foco del sonido y salir rápidamente por donde antes entraron. A medida que las acorazadas iban llegando a la salida, golpeaban el metal del conducto con sus garras americanas para aumentar el volumen del sonido localizador y ayudar así en la evacuación.

La Kolumna Solidaridad apenas había sido reducida y el éxito de la operación chittyzitera contra la CEOE fue rotundo. Con certeza puedo arrullar que los pocos humanos que no hubieran chimponeado por causa directa de las compañeras, lo hubieran hecho como consecuencia del humo...

-¡Misión cumplida! -Pío con gran ilusión una de nuestras akupunktoras a otra compa-. ¡Hemos derrocado a la tiranía empresarial!

-Bueno compañera, no empecemos a chuparnos las cloakas todavía -sosegó Chaskos prudentemente-. Aún no sabemos bien cómo les ha ido a las demás kolumnas...

Salimos de aquel Colegio Mayor Masculino sin mirar atrás. Como palomas duras y cojonudas que somos. Así partimos a la base dejando aquel lugar consumido por las llamas y desolado de toda vida humana.