CAPÍTULO 9: TERROR TERRÍCOLA EN LA GRANJA AVÍCOLA.


Nada más entrar en el chokpego gallináceo pude notar una muy miserable y represiva atmósfera. A pesar de que las luces estaban apagadas, los efectos que producía el maíz transgénico eran, entre otros, una dilatación de mis pupilas. Lo que suponía una mejor visión en condiciones de casi completa oscuridad. CD, mi primo y yo nos posamos cerca del techo y allí comenzamos a piar el plan a seguir:

-Escuchad con atención -arrulló CD con seriedad-: Las gallinas son unos seres altamente sugestionables, es piar, si ven a alguien de su especie realizar cualquier acción exitosamente sucederá algo parecido a una chirochain[1]. Aquí la clave del plan consiste en conseguir engañar a las gallinas para encender la mecha.

-Bien, lo pillo -afirmó mi primo-: Hay que chekutarse[2] de gallina y hacer algo que lleve a todas a desencadenar una reyerta de mil pares de cojones.

-Ya... ¿pero cómo podríamos chekutarnos de gallinas ahora mismo? -Pregunté-. Podemos intentar imitar su lenguaje, pero... ¿y la apariencia?

-Esperad un segundo -y la compañera CD fue rápidamente a unas alas de allí, se detuvo en un chekobeko metálico y volvió con algo entre sus garras: era una especie de bolsa con algo dentro-... He aquí nuestro chopus choperandi[3]: Tengo varias crestas de pollo que he birlado de una sala contigua, donde se encuentra una innumerable cantidad de gallinas descuartizadas y varios humanos manufacturándolas cínicamente ahora mismo. Les he colocado con hilo resistente una fijación para nuestras cabezas. Tomad y ponéoslas.

-Parece que tienes algo más -arrulló mi primo al ver que seguía buscando algo-...

-Así es. Es un sencillo plano que he chiropeado tras varias sesiones de reconocimiento -enunció CD un poco orgullosa-. A lo que vamos. Este chokpego consta de las siguientes salas: Esta misma, en la que nos encontramos, es la más grande. Aquí abajo se encuentran las gallinas para carne, las que van a ser vilmente chimponeadas y justo en la esquina superior cheft[4] se encuentra una especie de panel de control con interruptores para activar o desactivar los diferentes mecanismos que hay en todo este chuplag. Aquí es donde te necesito, Agapito. Ya que tú sabes castellano y podrás controlar los interruptores...

-Creo que podré hacerlo. Si sólo se trata de eso.

-Gracias, Agapito -respondió complacida-... Simeón: Nosotras vamos a la sala chaig[5]-le indicó señalándola con su ala-. Accederemos a través de ese gran ventilador aprovechando que está desactivado. Una vez allí, debemos liberar a las gallinas ponedoras, las que son explotadas poniendo huevos hasta el final de su vida útil. Allí hay dos grandes hileras con cientos de jaulas que debemos abrir una por una. Usando nuestro pico o garras o como sea.

-Puuuuffff ardua tarea, CD. Pero todo sea por la redención de las gallinas.

-Tranquilo Simeón. Por suerte, es un cierre simple de ganchillo y lo haremos bastante rápido, ya verás. Una vez hayan sido liberadas, las conduciremos hacia la puerta inferior cheft con este símbolo humano: "2" -arrulló enfatizando en él-, esperaremos a que Agapito la abra desde su posición.

-¿Cómo sabré cuándo he de abrirla? -Pié a CD-.

-Simeón revoloteará por el ventilador donde entramos durante lo que tardes en arrullar: "chiorup, chiorup, chiorup".

-Vale. Y entonces abro la puerta "2" -murmuré intentando memorizarlo-...

-Justo eso, Agapito -continuó CD-. Pero antes deberías accionar la cinta transportadora que lleva a las gallinas de carne a la máquina chimponeadora. No te preocupes, son dos mecanismos independientes. Si no activas esa máquina no ocurrirá nada. Te arrullo esto porque al activar la cinta, se abre una compuerta que conduce a estas gallinas al exterior de ese gran corral. Es la única forma de hacerlas salir de ahí.

-Sí, pero... ¿No vendrán los humanos a ver qué sucede? ¿O se quedarán como si nada?-Mi primo no lo veía muy claro-. ¡Se van a enterar fijo!

-Jejeje... ¡Claro illo! -Exclamó CD como si primo hubiese descubierto algo importante-. Eso forma parte del plan... Una vez que entre todo el personal humano en esta sala, Agapito cortará la alimentación general y así las puertas se bloquearán, encerrando a los humanos en este amplio lugar atestado de gallinas. Hecho esto, agredimos a los humanos y las gallinas enfurecidas, por sugestión y venganza, se encargarán del resto...

-Buuuuuaaaahhh ¡Esa mierda es sublime! -Mi primo se exaltó como un loco al comprender todo el plan-.

-Es un plan de la hostia, CD. Siempre que se lleve a cabo según lo previsto...

-Por eso confío en ti, Agapito. Eres la pieza la clave aquí.

-Todas somos igualmente importantes -arrullé honestamente-. ¡Vamos allá! ¡¡Solidaridad y apoyo mutuo!!

-¡¡Abajo los muros de los chokpegos!! -Graznó mi primo motivadísimo-.

Sin perder más tiempo fuimos a nuestros puestos. Así, mientras CD y mi primo fueron a liberar a las gallinas ponedoras, yo estaba estudiando e intentando predecir el funcionamiento de aquel panel de control: "A ver" -me arrullé-, cuando reciba la señal hago lo siguiente:

1. Activo la alimentación general, los humanos se coscan y vendrán aquí a ver...

2. Activo la cinta transportadora y van saliendo las gallinas de carne...

3. Acto seguido activo la apertura de la puerta 2 y van saliendo las gallinas ponedoras.

4. Espero a que CD me avise y corto la alimentación... Pero así puede que no dé tiempo a liberar todas las gallinas de la cinta. A no ser que...

Después de un buen rato de estudiar aquel panel a fondo, veo la señal de mi primo y comenzamos la operación...

1. Alimentación general: ON. Se iluminan todas las salas y los ventiladores gigantes empiezan a girar.

2. Cinta: ON. Empiezan a salir gallinas de 2 en 2, en algunos casos de 3 en 3...

3. Puerta 2: ON. Se trataba de puertas con sensores de movimiento incorporado. CD empieza a meter gallinas en la gran sala y mi primo por la retaguardia se aseguraba de que no se quedase ninguna rezagada.

Al poco tiempo de poner el plan en marcha llegaron una veintena de humanos en dos oleadas. Por suerte, las gallinas ponedoras pudieron pasar a la gran sala en ese lapso de tiempo. No así las gallinas de carne. Apenas había la mitad de ellas fuera del corral. En ese instante, abandoné mi posición y me dirigí como un rayo a CD...

-¡CD! ¡Necesito que rocíes tu maíz transgénico sobre las gallinas de la cinta que todavía no hayan salido. ¡Hazlo ya!

-¡Yo le ayudo! -Arrulló mi primo- ¡Pásame unos kikos CD!

-¡Ahí van! ¡Cógelos! -Se los lanzó a mi primo y éste los cogió al vuelo- (¡¡CHÁS!!).

A continuación, CD y mi primo destrozaron el envoltorio y desmenuzaron con sus garras aquellos kikos granulados en un plis. Al caer sobre las gallinas, éstas empezaron a gluchopearlos como si no hubiera mañana. Parecían Pipi Estrada y Albert Farlopera en acción... Los humanos estaban paralizados de la incredulidad. Gracias a ello, las chiorupísimas gallinas de carne tardaron en salir por la cinta lo que tardan mis heces cuando gluchopeo cerca de restaurantes turcos... ¡Agüita yayo! ¡Chiiiiiiiiiiroooop! ¡Plof! y todas fuera. Ipso facto regresé como una exhalación al panel para apagar la alimentación general...

-Eeeeehhh ¡Esta mierda funciona! -Arrulló mi primo mientras tiraba caramelos como vuestros Reyes Magos-.

-¡Ya te pío! -Respondió CD entre carcajadas- ¡¡Kalise para todas!!

Y empezaron a repartir kikos como si de las avionetas de los putos pesticidas se tratara... kikos por doquier en la oscuridad de la noche. Los humanos estaban desorientados y confundidos por el kaos, la oscuridad y la marabunta de demenciales gallinas aceleradas deseando de poguear un ratico sobre ellos. Unas ya habían empezado a poguear entre ellas, otras se estaban afilando el pico con la rugosidad del suelo, otras se frotaban las alitas de la impaciencia y charkcharkeaban sus picos a máximas revoluciones. Los humanos se encontraban, sin saberlo, en medio de un Chall of cheath [1]que se había formado.

-Jejeje... Parece que, por una jodida vez, el miedo ha cambiado de bando -sentenció CD-... La tortilla dió la vuelta, colegas.

-A mi señal empezamos a darle violenta tralla a esta escoria humana -arrulló mi emocionado primo-... Choooooop, choooooop... ¡pogoooooooooo!

Y como si de una nefasta tormenta en mar abierto se tratara, continuos y agitados oleajes de gallinas arremetían con extrema y violenta agresividad aquellos frágiles cuerpos humanos. Los cuales caían del mismo modo en el que lo haría un chekobeko viejo. Eran, literalmente, "tragados por un mar de plumas, pico y rabia". Sin embargo, y a pesar de no ver tales cuerpos, se sabía que aún estaban vivos en alguna parte por aquellos horripilantes pero más que justificados alaridos de dolor que instigaban un progresivo odio y ensañamiento por parte de las enajenadas gallinas hacia sus opresores humanos.

CD, mi primo y yo fuimos a posarnos en alto para disfrutar contemplando aquellas agitadas sombras sublevarse y para regocijarnos escuchando los sutiles sonidos de las vísceras humanas siendo despojadas salvajemente de sus cuerpos por los picos de las gallinas actuando como catalizadores de la más nefasta de las muertes.

Se va a habé en un follón que no sabe ni dónde sa metío...

Entre sombras y desde la cercanía podíamos fipchiar varios grupos de gallinas divirtiéndose con aquellos humanos de manera muy distintas: Mientras algunas parecían pirañas desollando con pico y garras las pieles, como si de un concurso humano de sacar servilletas de servilleteros de bar a toda hostia se tratase, otras mutilaban todos los orificios de los cuerpos humanos: nariz, boca, ojos, oídos, ano, etc. con el perverso fin de agrandarlos y depositar en ellos la más rabiosa purina de gallina. Una perfecta, macabra y agónica combinación de sufrimiento, sangre y mierda que gratificaba sobremanera su sed de venganza.

Se escucharon algunos estruendos... ¡¡PON!! ¡¡PON!! ¡¡PON!! ¡¡PON!! Desde dos sitios diferentes. De lo que deduje que había un par de animales humanos con aparatos chimponeadores. Se ve que tenían la patética esperanza de intentar prolongar todo lo posible su inexorable final.

Estuvimos allí fipchiando el panorama casi extasiados hasta que los primeros rayos de luz solar entraron por las claraboyas del techo. Esa tenue iluminación describía una escena divino-chiaptánica. Era la primera vez que me excitaba a ese nivel. Hasta se me pasaron los efectos estimulantes del maíz transgénico...

-Suficiente. Primo: Ve de nuevo al panel y abre todas las puertas: liberemos de una vez a todas las gallinas de este maldito chuplag.

-Sí por favor, hazlo Agapito -reiteró CD-. Yo recogeré algo que tengo pendiente...

-Muy bien. Voy a ello...

Mientras mi primo y yo íbamos sacando a las gallinas y sus pollitos, que se encontraban en otra cámara y eran ajenos al plan; CD regresó con una gran bolsa de crestas de pollo...

A partir de ahora llevaremos estas crestas para situaciones similares -arrulló CD exhibiéndolas con orgullo-. Consideradlas "medallas de honor". Hay suficientes para toda la kuadrilla y además, esto permitirá darle una identidad a nuestro grupo.

-¡Es una gran idea! -Expresó mi primo-.

-Será mejor que volvamos al chupuk -sugerí por simple precaución-... ¡Menuda juerga!

-Vale. Pero antes pasaremos a visitar a un buen amiguete con el que tengo cuentas pendientes -CD no apostaba por volver todavía-...

Moraleja: No le des más Aspirinas a tus gallinas


[1] Chall of cheath = Término anglo-chirop que podría traducirse "muro de la muerte".

[1] Chirochain = Reacción en cadena, efecto dominó.

[2] Chekutarse = Disfrazarse, hacerse pasar por.

[3] Chopus choperandi = Modus operandi, forma de ejecutar una acción.

[4] Cheft = izquierda.

[5] Chaig = derecha.