16 - LA PITANZA


La gloria es un veneno que hay que tomar en pequeñas dosis.

(Honoré de Balzac).

El soldado -asirio babilónico o cruzado en Malta, jemer rojo antropófago o espitoso marine, obediente y aplicado Caín en Paracuellos del Jarama y en el ruedo de Badajoz- empezó a pensar y casi dejó de serlo.

Pero de nada le hubo ya de servir. Los buitres que esa misma tarde comieron su carne, desabrochando con sus picos los botones de la chaqueta, convinieron ecuménicamente que aquel ser sabía exactamente igual a los otros cuarenta mil que, entre charcos y socavones, alfombraban silenciosos el baldío.