WARRIOR



En Memoria de una Loba Solitaria


en recopilación definitiva, os dejamos 4 de sus primeros poemas

1

A veces te observo, como si estuvieras a mi lado

Aunque sé que no estás

Mil veces así... te he imaginado.

Tumbados los dos, bajo el mismo firmamento

Fusionados en un beso,

Que fulmina mi lamento.

A veces te escribo, sin nada que decir,

Mas te lo digo todo

Y escribo sin escribir, y amo, sin amarte.

Ahogando mi tristeza, que se hunde

En el lodo,

Volando de mi lado, antes de poder

Tocarte.

Así que... Bésame mujer, aunque eximido quede; y en el aire.

Aunque no seas mía, ni de nadie,

Y que sea otra quimera más,

Que sólo me alivia el hambre.

De querer devorar tu cuerpo,

A besos de pasión,

Aunque siempre te veo, pero nunca te vi;

Como si fuera una maldición.

2

Eros, ¡Traidor! infame arquero

Dame unas monedas para el convenido barquero

-Búscala- dijiste, la pena valdría

Ahora mi alma vaga, por la laguna Estigia

A cuántas almas mentiste, cuántos amantes locos

Dejaron de latir por ti, sus corazones devotos.

Mentiroso, burlón, ¡maldito!...

Que la vida me arrancaste, en este triste hito.

Flechas de hielo arrojaste, a un torturado amante, que ha perdido la razón

Desojando primaveras,

Estación a estación.

3

Si un poema, a tu persona, debiera dedicar,

Si sinceras palabras y profundos sentimientos... me quedaría sin hojas, al igual que pensamientos.

Si mis lágrimas equivalieran, a los profundos mares y de esta tierra, sus manantiales...

Todo secaría quedando sólo mis pesares.

Si una estrella quisiera robar, para tratar de igualar su brillo, con tu sonrisa...

El cielo oscuro quedaría, ya sin luz, que lo ilumine

Y ni la luz de mi final vería, antes que todo termine.

4

Emprendo mi camino, perdido en estos lares,

Bajo las luminosas farolas, que me alumbran, por las calles.

Apuro en mi cigarro, una última calada,

Espirando en un suspiro, se pierde la mirada.

Cobijados, los recuerdos, tal vez hacia un tiempo mejor,

De aquella dorada época, tan marcada de amor.

Ahora la vida pasa, pasa la gente,

Ignorando ser esclavos, de un mundo tan demente.

Sin poder apreciar, ni siquiera,

A qué huelen las flores, por primavera.

Desperté, entonces, con la triste alborada,

Buscando tus recuerdos, en mi vacía morada.

Forjando ríos... mares, cayeron por mi mejilla

Cayó mi suerte, calló, mi latir.

De una sencilla lagrimilla.